De la flota de Alpesca, solo un barco está pescando. No es cierto que la rueda productiva de la empresa haya sido puesta en marcha. Hubo intentos, es verdad, pero la profunda crisis económica que atraviesa sumada a una estructura elefante donde todos los engranajes no están funcionando, y la delicada situación judicial que enfrenta el dueño de la compañía, conforman un coctel que no ha permitido desanudar la madeja.
Omar “Cura” Segundo, propietario de Alpesca, recuperó la libertad el viernes pasado tras pagar una fianza de cuatrocientos mil pesos, tras estar ocho días preso en el marco de la causa por los 115 kilos de cocaína que aparecieron en la planta pesquera Poseidón, otra de las empresas que controla en Puerto Madryn.
Mientras permaneció detenido, se mantuvieron reuniones entre gerentes de la empresa, organizaciones sindicales del personal de a bordo y de la planta en tierra, con funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y se había conseguido que las autoridades nacionales dispusieran de un subsidio para el combustible de dos mareas que los barcos salieran a pescar y la maquinaria productiva se pusiera en marcha.
El combustible está disponible en una planta en Comodoro Rivadavia, pero las gerencias de Alpesca no pudieron gestionar el transporte del gasoil para cargar los tanques de buques fresqueros de altura, los cuales habían sido autorizados por la cartera pesquera nacional a pescar merluza hubbsi en el stock norte, sin necesidad de descontar de la CITC de la compañía, y a su vez se había convenido entre los gremios, que esa materia prima se descargaría en el puerto de Mar del Plata y vendida sin procesar con el objetivo de obtener ingresos rápidos y así hacer frente a las obligaciones salariales y de marea que Alpesca adeuda a sus tripulaciones.
El subsidio llegó a Chubut, el combustible está disponible, pero la empresa debía hacerse cargo de la logística del transporte del gasoil desde Comodoro a Puerto Madryn, y hace más de una semana que no pudieron contratar los camiones necesarios.
Tal como había informado REVISTA PUERTO, el propietario de Alpesca, sigue sosteniendo que ya no confía en determinados niveles ejecutivos y gerenciales de la histórica estructura de Alpesca, los cuales, interpreta, fueron determinantes en las frustradas operaciones de venta del paquete accionario, y que incluso, en medio de la profunda crisis, casi terminal de la compañía, sigue habiendo acciones que conspiran contra el reencauzamiento del aparato productivo, y hasta incluso el intento de sacar ventajas personales.
En la planta de procesamiento de Puerto Madryn solo se están haciendo tareas de mantenimiento y apenas se logró abonar la última quincena de los salarios mínimos garantizados. Hay proveedores cada vez más impacientes por el paso de los meses sin poder cobrar servicios o mercadería, lo que coloca a Alpesca en no tener otra alternativa que ‘comprar de contado’; al tiempo que la ingeniería financiera con todo lo que ha venido aconteciendo volvió a no poder cubrir con los cheques emitidos.
Este medio también había revelado que el principal accionista de Alpesca, Omar Segundo, un tiempo antes que caer preso por la causa de narcotráfico, que dicho sea de paso fue liberado aunque su situación procesal todavía no está resuelta, resolvió colocar “marca personal” en diferentes áreas sensibles de la contaduría, administración, flota y comercio exterior de la pesquera, ubicando a hombres de su estrecha confianza para que monitoreen y revisen las operaciones ya que había podido verificar extrañas tercerizaciones o la contratación de intermediarios en la venta de productos exportables. Uno de sus ‘colaboradores’ era Nicolás Seoane, quien también terminó detenido por la misma causa, pero correría la misma suerte y en cuestión de días volvería a monitorear el comercio exterior de la compañía.
Este año la pesquería de langostino en aguas nacionales ha mostrado un escenario auspicioso, estable y con tendencia a la alza en capturas y con precios internacionales mejores que los del año pasado.
Por diversos factores, este año el precio del langostino ha tenido una leve tendencia alcista en el mercado internacional, y contrariamente a esa lógica, alguna de las escasas mareas que han podido realizar los barcos congeladores tangoneros del Alpesca, ese langostino lo vendieron en el mercado nacional, a valores menores incluso que el deprimido mercado de exportación del año anterior.
Como para muestra sirve un botón, en una de las últimas mareas, un congelador tangonero volvió sin completar bodega porque no tenía los ‘fondos y tapas’ de cartón suficientes, lo cual resulta inconcebible para una empresa de la trayectoria y la dimensión de Alpesca, lo que abona las teorías de supuesta ‘conspiraciones internas’.
Lejos de la creencia de que todos ‘tiran del carro’ para el mismo lado, en una estructura de la dimensión de esta empresa habría compartimentos estancos y difícilmente una sola cabeza pueda controlar desde la compra de redes, el pago de salarios, la negociaron con clientes y proveedores, las reparaciones de los barcos, y las ventas al exterior.
Si apeláramos a la mitología griega, hoy, Alpesca es la “Hidra de Lerna”, un monstruo de varias cabezas, donde es muy difícil distinguir quién tiene el control real. Al parecer, hay cabezas blancas y cabezas negras.
Omar Segundo promete ser “Heracles” quien logre dominar al monstruo, poner en marcha la empresa y una vez que esté trabajando, presentar ante un juzgado comercial un “concurso preventivo”, y con ese “chaleco antibalas”, retomar las tratativas de venta. Dicen que durante las largas noches que pasó en un calabozo tuvo tiempo de meditar un plan para domesticar al monstruo de siete cabezas. Habrá que ver si lo logra.
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