Expertos británicos trabajan para mejorar el conocimiento de Campylobacter coli a nivel molecular y genético y reducir contaminaciones en carne de ave.
Campylobacter es, al lado de Salmonella, una de las principales causas de intoxicación alimentaria en la UE, según datos recopilados por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Hay una clara tendencia de reducir la enfermedad y acabar con la tendencia al alza generada en los últimos años. Esta necesidad ha llevado a organizaciones como la Agencia de Normas Alimentarias (FSA) y el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA), ambos del Reino Unido, a iniciar nuevos trabajos que ayuden a comprender mejor cómo Campylobacter afecta a los pollos y de qué manera persiste en la cadena alimentaria. El artículo detalla cuáles son las principales cuestiones que deberían quedar resueltas sobre la infección deC. coli y cómo expertos estadounidenses trabajan en la secuenciación genética de 100.000 bacterias.
Una de las principales fuentes de infección de Campylobacter se produce a través del consumo de carne de ave de corral poco cocinada, además de otras fuentes como animales de granja o agua contaminada. Hasta ahora, y según los expertos británicos, las investigaciones se han centrado sobre todo en una de las numerosas especies diferentes de bacterias, la Campylobacter jejuni, pero estiman que un 10% de los casos los provoca la especie Campylobacter coli, sobre cuya biología se conoce poco. Para reforzar la investigación en este campo, el Instituto de Investigación de Alimentos (IFR) británico cuenta con el apoyo de la FSA para que lidere una investigación que ayude a mejorar el conocimiento de Campilobacter coli a nivel molecular y genético.
Cuestiones sobre C. coli por resolver
La investigación británica, con el Centro de Análisis del Genoma (TGAC) y la Universidad de East Anglia, tiene previsto secuenciar el genoma de C. coli con el fin de ayudar a reducir los casos de intoxicaciones por esta bacteria. La investigación apunta a que, pese a que hay muchos factores de riesgo de Campylobacter, del 60% al 80% de las infecciones se atribuyen al consumo de carne de pollo cruda. Los expertos tienen previsto, sin embargo, recoger cepas de una amplia variedad de fuentes, incluyendo no solo animales sino también alimentos, seres humanos y una amplia gama de entornos distintos.
El proyecto deberá responder cuestiones sobre cuándo empieza la infección en las aves de corral y cuáles son los puntos comunes de contaminación
El análisis y comparación de estos genomas debe permitir seleccionar marcadores genéticos que identifiquen a partir de qué cepas particulares se parte, e incluso conocer porqué estas cepas prefieren un ambiente particular a otro. Está previsto que la investigación tenga una durada de dos años. Pasado este tiempo, los expertos esperan contar con las herramientas que ayuden a confirmar el diagnóstico y seguimiento de las fuentes de contaminación por C. coli. Además, el proyecto debe ayudar a responder cuestiones sobre cuándo empieza la infección en las aves de corral, cuáles son los puntos comunes de contaminación, en qué etapas del proceso es más probable que seanefectivas las medidas de control, cuáles son los métodos más efectivos para el control biológico y cómo interacciona la bacteria con los animales.
De momento, se sabe que C. jejuni se encuentra en altas concentraciones en el intestino de aves de corral, muchas de las cuales no llegan a desarrollar la enfermedad ni muestran ningún síntoma, lo que dificulta el control de la infección. Durante el sacrificio, la carne puede contaminarse y, si esta no se cocina bien, la bacteria puede sobrevivir y causar infección. Según datos de IFR, se calcula que en la Unión Europea hay “entre dos y veinte millones de casos por año” de infecciones por Campylobacter.
Secuencia genética de 100.000 bacterias
Desde 2012, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) lleva a cabo un proyecto de cinco años de duración (El proyecto genoma 100K) destinado a “crear una base de datos pública de la secuencia genética de 100.000 bacterias responsables de casos intoxicaciones alimentarias en todo el mundo”. El objetivo, según sus responsables, es dotar a los responsables en salud pública las herramientas necesarias para identificar de forma rápida la fuente de contaminación. Bacterias como Salmonella, Campylobacter y E. coli son, según los expertos, “camaleónicas, evolucionan en cepas distintas para adaptarse a los cambios del medio que habitan”.
Las investigaciones para el control de los patógenos alimentarios son muchas y variadas, aunque todavía quedan sin resolver cuestiones como la manera en que sobreviven o se multiplican. Los objetivos de la base de datos son identificar la presencia de bacterias en una muestra en cuestión de días u horas y ayudar a dar con el origen del brote. Con la base de datos del genoma, será posible indicar de dónde procede la cepa implicada en el brote y seguirle el rastro.
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