MEXICO : Los programas zoosanitarios en la ganadería nacional están diseñados bajo un enfoque sanitario, social y económico. En la actualidad la problemática de las enfermedades zoonóticas ha ido en aumento, esto por la importancia que refleja en la salud pública y los problemas que aquejan a la ganadería global y nacional.
El 21 de septiembre de 1994 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Acuerdo mediante el cual se enlistan las enfermedades y plagas exóticas y enzoóticas de notificación obligatoria en los Estados Unidos Mexicanos”, en virtud del incremento de la movilización de animales, sus productos y subproductos, propiciado por la apertura comercial internacional entre los países, haciendo inminente el riesgo de que las plagas y enfermedades exóticas de los animales prevalecientes en otras regiones, puedan introducirse y diseminarse en nuestro país. Dicho acuerdo tiene por objeto establecer grupos y características de enfermedades y plagas de los animales que deben ser notificadas a las autoridades de sanidad animal del país.
El que los animales sean negativos a la brucelosis, es un requisito sanitario que se ejerce en los programas de ganadería. Para la lucha contra esta zoonosis, se ha contemplado dicha enfermedad en el programa de prevención y manejo de riesgos, su objetivo es apoyar a los productores agropecuarios, a través de estrategias que atiendan problemas de sanidad e inocuidad.
En la actualidad las empresas que buscan la exportación de productos de origen animal, como lo es la carne, se les exige precio, calidad, y además la garantía de la trazabilidad, es decir, que en cualquier momento se pueda conocer con exactitud el predio donde se originó el producto. Con la sanidad, el control de movilización y la trazabilidad podemos darle a nuestra producción pecuaria mayor certidumbre y valor agregado para competir con éxito en los mercados nacionales y extranjeros.
México promulgó la Campaña Nacional contra la brucelosis en los animales, que cuenta con un marco legal específico que es la NOM-041-ZOO-1995, de observancia obligatoria en todo el territorio mexicano, que tiene como objetivo principal el establecimiento de zonas libres por Estados, municipios y regiones, donde se consideran a los bovinos, caprinos y ovinos; así, México cuenta con zonas en fase de control, erradicación y libres de la brucelosis, que han sido reconocidas en forma oficial por la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), publicados en la página web del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), www.senasica.gob.mx. Para ese fin, la campaña cuenta en forma individual con programas que deben ser aplicados a cada uno de los hatos o rebaños de la nación.
Los principales programas de campaña son Hato Libre y Hato en Control. El primero, consiste en la realización de muestreos serológicos a intervalos establecidos de acuerdo con la función zootécnica del hato o rebaño; así, en el caso de ganado productor de carne para obtener la constancia de hato libre, se deben obtener resultados negativos de la totalidad de los animales en dos muestreos consecutivos realizados a un intervalo no menor a tres meses, ni mayor de 10 entre uno y otro; para el ganado productor de leche y mixto, será necesaria la realización de tres muestreos consecutivos con resultados negativos en donde el intervalo entre pruebas deberá ser entre 60 y 90 días.
En el caso del programa de control, la NOM contempla la existencia de tres subprogramas; control – erradicación, control – intensivo y control – vacunación.
El subprograma de control – erradicación, consiste en la realización de una sola prueba diagnóstica a la totalidad de los animales del hato/rebaño mayores de 6 meses de edad. Los que sean confirmados como positivos a las pruebas diagnósticas serológicas se identifican a fuego con la letra “B” en el masetero del lado derecho, se separan de los negativos mientras terminan su ciclo productivo actual o bien, son enviados a sacrificio a un rastro autorizado por la SAGARPA dentro de los 10 días posteriores a la comunicación de los resultados del laboratorio. Las hembras negativas, se vacunan con la dosis y vacuna correspondientes de acuerdo a su especie y edad.
En el subprograma control – intensivo, a todos los animales del hato/rebaño mayores de 6 meses de edad, se les realiza una sola prueba diagnóstica. Los confirmados como positivos son marcados a fuego con la letra “B” en el masetero derecho, conviven con los animales negativos y, las hembras negativas, se vacunan de acuerdo con su edad y especie con la vacuna que les corresponda.
Para el subprograma control – vacunación, no se realizan pruebas diagnósticas; todas las hembras del hato/rebaño se vacunan con la dosis que les corresponda.
El periodo de permanencia de los hatos/rebaños dentro de cualquiera de los subprogramas es de 12 meses, con posibilidades de refrendarla hasta por 12 meses más, pero con la necesidad de que cada vez se escale al siguiente nivel, ya que para acceder al programa de hato/rebaño libre, será necesario haber estado inscrito dentro del programa control – erradicación.
Cabe señalar, que todas las hembras que nazcan y se encuentren en los hatos/rebaños inscritos en cualquiera de los subprogramas de control, deberán ser vacunadas con la dosis correspondiente a su especie y edad, con el objeto de alcanzar una buena inmunidad de grupo.
De esta forma, en independencia del programa seleccionado por cada productor para su hato o rebaño, si la unidad de producción (UP) se encuentra en zonas en control o erradicación, se tendrá la obligatoriedad de vacunar a todas las hembras desde edad temprana; es decir, las becerras a partir de los tres meses, las cabritas y corderitas desde los cuatro, hasta la edad que se establezca en función del tipo de vacuna que se haya escogido para la inmunización. Sólo para las UP ubicadas en zonas libres, la vacunación será opcional. Por lo tanto, la vacunación es uno de los pilares más importantes en la prevención de la brucelosis animal y, ha impulsado un sinnúmero de investigaciones que mantienen ocupada a la comunidad científica relacionada con el ramo en el desarrollo y lanzamiento de inmunógenos que protejan a la población susceptible, ya que ésta, es una de las formas de controlar la circulación bacteriana entre las poblaciones humana y animal; sin embargo, a la fecha muy pocas vacunas y bacterinas han trascendido con este objetivo. Entre ellas se encuentran la cepas 19 de Brucella abortus y REV – 1 de Brucella melitensis, para ser usadas en bovinos y pequeños rumiantes (caprinos y ovinos), respectivamente y la cepa rb51 de Brucella abortus para los bovinos, caprinos y ovinos.
La importancia de la brucelosis radica en que reduce sobremanera el rendimiento reproductivo, debido a casos de aborto, infertilidad, retención placentaria, mortalidad neonatal o debilidad de la progenie. Todo ello se traduce en pérdidas económicas considerables para los productores de ganado lechero, ovejas, cabras o cerdos, es por ello, que desde 1995 se combate la brucelosis en todo el territorio nacional. La mejor manera de prevenir la brucelosis humana es luchar contra la infección en los animales. La pasteurización de la leche de animales infectados fue en su día muy importante para reducir los niveles de infección en las personas.
El que los animales sean negativos a la brucelosis, es un requisito sanitario que se ejerce en los programas de ganadería. Para la lucha contra esta zoonosis, se ha contemplado dicha enfermedad en el programa de prevención y manejo de riesgos, su objetivo es apoyar a los productores agropecuarios, a través de estrategias que atiendan problemas de sanidad e inocuidad.
En la actualidad las empresas que buscan la exportación de productos de origen animal, como lo es la carne, se les exige precio, calidad, y además la garantía de la trazabilidad, es decir, que en cualquier momento se pueda conocer con exactitud el predio donde se originó el producto. Con la sanidad, el control de movilización y la trazabilidad podemos darle a nuestra producción pecuaria mayor certidumbre y valor agregado para competir con éxito en los mercados nacionales y extranjeros.
México promulgó la Campaña Nacional contra la brucelosis en los animales, que cuenta con un marco legal específico que es la NOM-041-ZOO-1995, de observancia obligatoria en todo el territorio mexicano, que tiene como objetivo principal el establecimiento de zonas libres por Estados, municipios y regiones, donde se consideran a los bovinos, caprinos y ovinos; así, México cuenta con zonas en fase de control, erradicación y libres de la brucelosis, que han sido reconocidas en forma oficial por la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), publicados en la página web del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), www.senasica.gob.mx. Para ese fin, la campaña cuenta en forma individual con programas que deben ser aplicados a cada uno de los hatos o rebaños de la nación.
Los principales programas de campaña son Hato Libre y Hato en Control. El primero, consiste en la realización de muestreos serológicos a intervalos establecidos de acuerdo con la función zootécnica del hato o rebaño; así, en el caso de ganado productor de carne para obtener la constancia de hato libre, se deben obtener resultados negativos de la totalidad de los animales en dos muestreos consecutivos realizados a un intervalo no menor a tres meses, ni mayor de 10 entre uno y otro; para el ganado productor de leche y mixto, será necesaria la realización de tres muestreos consecutivos con resultados negativos en donde el intervalo entre pruebas deberá ser entre 60 y 90 días.
En el caso del programa de control, la NOM contempla la existencia de tres subprogramas; control – erradicación, control – intensivo y control – vacunación.
El subprograma de control – erradicación, consiste en la realización de una sola prueba diagnóstica a la totalidad de los animales del hato/rebaño mayores de 6 meses de edad. Los que sean confirmados como positivos a las pruebas diagnósticas serológicas se identifican a fuego con la letra “B” en el masetero del lado derecho, se separan de los negativos mientras terminan su ciclo productivo actual o bien, son enviados a sacrificio a un rastro autorizado por la SAGARPA dentro de los 10 días posteriores a la comunicación de los resultados del laboratorio. Las hembras negativas, se vacunan con la dosis y vacuna correspondientes de acuerdo a su especie y edad.
En el subprograma control – intensivo, a todos los animales del hato/rebaño mayores de 6 meses de edad, se les realiza una sola prueba diagnóstica. Los confirmados como positivos son marcados a fuego con la letra “B” en el masetero derecho, conviven con los animales negativos y, las hembras negativas, se vacunan de acuerdo con su edad y especie con la vacuna que les corresponda.
Para el subprograma control – vacunación, no se realizan pruebas diagnósticas; todas las hembras del hato/rebaño se vacunan con la dosis que les corresponda.
El periodo de permanencia de los hatos/rebaños dentro de cualquiera de los subprogramas es de 12 meses, con posibilidades de refrendarla hasta por 12 meses más, pero con la necesidad de que cada vez se escale al siguiente nivel, ya que para acceder al programa de hato/rebaño libre, será necesario haber estado inscrito dentro del programa control – erradicación.
Cabe señalar, que todas las hembras que nazcan y se encuentren en los hatos/rebaños inscritos en cualquiera de los subprogramas de control, deberán ser vacunadas con la dosis correspondiente a su especie y edad, con el objeto de alcanzar una buena inmunidad de grupo.
De esta forma, en independencia del programa seleccionado por cada productor para su hato o rebaño, si la unidad de producción (UP) se encuentra en zonas en control o erradicación, se tendrá la obligatoriedad de vacunar a todas las hembras desde edad temprana; es decir, las becerras a partir de los tres meses, las cabritas y corderitas desde los cuatro, hasta la edad que se establezca en función del tipo de vacuna que se haya escogido para la inmunización. Sólo para las UP ubicadas en zonas libres, la vacunación será opcional. Por lo tanto, la vacunación es uno de los pilares más importantes en la prevención de la brucelosis animal y, ha impulsado un sinnúmero de investigaciones que mantienen ocupada a la comunidad científica relacionada con el ramo en el desarrollo y lanzamiento de inmunógenos que protejan a la población susceptible, ya que ésta, es una de las formas de controlar la circulación bacteriana entre las poblaciones humana y animal; sin embargo, a la fecha muy pocas vacunas y bacterinas han trascendido con este objetivo. Entre ellas se encuentran la cepas 19 de Brucella abortus y REV – 1 de Brucella melitensis, para ser usadas en bovinos y pequeños rumiantes (caprinos y ovinos), respectivamente y la cepa rb51 de Brucella abortus para los bovinos, caprinos y ovinos.
La importancia de la brucelosis radica en que reduce sobremanera el rendimiento reproductivo, debido a casos de aborto, infertilidad, retención placentaria, mortalidad neonatal o debilidad de la progenie. Todo ello se traduce en pérdidas económicas considerables para los productores de ganado lechero, ovejas, cabras o cerdos, es por ello, que desde 1995 se combate la brucelosis en todo el territorio nacional. La mejor manera de prevenir la brucelosis humana es luchar contra la infección en los animales. La pasteurización de la leche de animales infectados fue en su día muy importante para reducir los niveles de infección en las personas.
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