La vacuna combina en una plataforma molecular varias copias de los componentes estructurales del virus que generan la respuesta protectora
El inmunológico es el resultado de un proyecto de colaboración entre la Universitat Pompeu Fabra (UPF), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y Genoma España (actualmente Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT).
La Universitat Pompeu Fabra ha firmado un acuerdo de exclusividad con Virbac, multinacional francesa del sector de la salud animal, para comercializar una nueva vacuna para la prevención de la fiebre aftosa, tal y como publica esta institución en su página web.
La vacuna es el resultado de un proyecto de colaboración entre la UPF, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y Genoma España (actualmente Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, FECYT). La participación de la UPF en el desarrollo de la vacuna ha sido liderada por David Andreu, jefe del Grupo de Investigación en Proteómica y Química de Proteínas. El consorcio ha patentado los resultados de este proyecto colaborativo, y en el último año por la Unidad de Innovación-UPF Business Shutlle ha dirigido el proceso de transferencia de la tecnología.
La relevancia de esta cooperación industrial ha sido reconocida con el premio del Consejo Social de la UPF a la Transferencia del Conocimiento 2013, para investigadores que destacan en la transferencia del conocimiento, en el ámbito de las ciencias de la Salud y de la Vida.
La vacuna, diseñada y producida a escala piloto en el laboratorio de química de proteínas de la UPF, es una aproximación innovadora que combina en una única plataforma molecular varias copias de los componentes estructurales (llamados epítopos) del virus que generan la respuesta protectora.
Constituida esencialmente por péptidos, se produce por síntesis química, lo que le confiere varias ventajas sobre las vacunas convencionales. Aunque la vacunación es la mejor estrategia preventiva contra la fiebre aftosa y la mayoría de enfermedades infecciosas, las vacunas convencionales basadas en virus atenuados o inactivos tienen muchos inconvenientes, lo que hace que las llamadas vacunas de subunidades adquieran cada vez más interés, entre ellas las basadas en péptidos, como es el caso de la que nos ocupa.
La fiebre aftosa supone importantes pérdidas económicas en la ganadería en todo el mundo, sobre todo en los sectores bovino y porcino. La política de no vacunación (por motivos exclusivamente comerciales) de la Unión Europea se puso tristemente en evidencia en el episodio que en 2001 afectó al Reino Unido y otros países, saldado con el sacrificio de más de 7 millones de animales, y unos costes directos (indemnizaciones) e indirectos (restricciones de transporte y turismo, etc.) de más de 10.000 millones de euros.
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