ENSENADA.- Pérdidas por un monto de aproximadamente cien millones de pesos, ha resentido el sector pesquero, tras casi seis meses de que la Food and Drugs Administration (FDA) decretó el cierre de la frontera de Estados Unidos a los moluscos bivalvos que se producen y cultivan en litorales de Baja California.
Estamos preocupados porque no se han visto acciones concretas para tratar de acatar las recomendaciones de la FDA por parte de la Comisión Federal de Sanidad e Inocuidad y adecuar los laboratorios mexicanos que certifican la calidad del agua donde se cultivan y capturan estos productos, expresó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola, Juan Morán Sánchez.
Manifestó que la mayor parte de la producción de ostión, mejillón y almeja generosa se distribuye en el mercado regional y nacional, pero el nivel de consumo es muy bajo, por eso los productores en este rubro han resentido el efecto del cierre de la frontera de Estados Unidos, ya que es el mercado potencias para la exportación de estos productos.
En el caso del ostión, dijo, la situación es más crítica, debido a que casi toda la cosecha de las granjas ostrícolas se vende en producto vivo y su condición altamente perecedera, lo convierte en un recurso vulnerable.
Sobre otras opciones para el mercado de exportación, señaló que en el caso del ostión no es rentable enviarlo a países orientales o asiáticos, que son consumidores potenciales, porque el pago del flete nos saca del mercado, por tratarse de un producto que debe comercializarse vivo y resulta muy caro ponerlo en esas condiciones en aquellos mercados.
Mencionó que están a la espera de que la FDA conteste a la Cofepris, su petición de homologar los laboratorios mexicanos con los de esa dependencia del gobierno de Estados Unidos.
El otro problema que se presenta, dijo, es que los productos ya pierden su tamaño de comercialización, de tal manera que sobrepasan su tamaño comercial, porque no hay mercado para las exportaciones y como no han sido cosechados a tiempo, en el caso del ostión, ya rebasó la talla que se pide para la comercialización.
En el caso de la almeja generosa, la expectativa es distinta, toda vez que tiene distribución en países asiáticos y orientales, pero los grandes volúmenes se exportan también hacia Estados Unidos y por ello también se ven afectados los productores.
Finalmente manifestó que se tienen esperanzas de que, tras esa reunión de la Cofepris con la FDA, sea posible destrabar esta situación y se reanuden las exportaciones de estos productos, a esa situación.
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