sábado, 1 de abril de 2017

Qué oportunidades se abren para el campo con la ley de Emprendedores


Anteayer el Senado aprobó, de forma unánime, la ley de Emprendedores promovida por el Gobierno. Los agroemprendedores del país se verán beneficiados por medidas como la nueva figura de la Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), la creación de 10 fondos de capital emprendedor, el establecimiento del crowdfunding como modo de financiamiento colectivo y el establecimiento […]
Anteayer el Senado aprobó, de forma unánime, la ley de Emprendedores promovida por el Gobierno. Los agroemprendedores del país se verán beneficiados por medidas como la nueva figura de la Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), la creación de 10 fondos de capital emprendedor, el establecimiento del crowdfunding como modo de financiamiento colectivo y el establecimiento de las Empresas de Beneficio o Interés Colectivo.
¿Cómo estas medidas pueden favorecer a los emprendedores rurales?
Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS): permitirían a los contratistas rurales y emprendedores rurales como startups dedicados al e-commerce, los drones, la robótica, la biotecología, la agricultura de precisión, etcétera, la facilidad de entrar en la estructura de la economía formal desde sus inicios a través de trámites simples y con mínimo presupuesto. Lo que ayudará al emprendedor al momento de comenzar sus operaciones y al Estado a reducir la informalidad y aumentar su recaudación fiscal.
Creación de 10 fondos de capital y 12 aceleradoras de proyectos: es una medida prevista para los próximos cuatro años, que puede resultar de gran ayuda para emprendimientos rurales que requieren de una gran cantidad de capital desde sus inicios. Por ejemplo, proyectos biotecnológicos, de desarrollo de software, robótica, etcétera.
Crowdfunding o financiamiento colectivo: un ejemplo concreto para el sector agro lo encontramos en un pool de siembra, que puede recibir diversas inversiones de pequeños ahorristas del lugar donde se establezca. Es decir, los mismos habitantes de la comunidad (médicos, arquitectos, comerciantes, etcétera) en lugar de comprarse un terreno o poner el dinero en plazo fijo, disponen de una alternativa más de inversión. Con el financiamiento colectivo, se amplía el abanico de opciones para los pequeños ahorristas se fomenta que con pequeños aportes de muchas personas se puedan llevar a cabo grandes proyectos e iniciativas empresariales sin que los emprendedores se vean en la necesidad de buscar un gran inversor.
Empresas de Beneficio o Interés colectivo: se denomina de esta manera a aquellos proyectos que tengan en cuenta los aspectos ambientales y sociales del país, aspectos que generan cada vez más interés en las nuevas generaciones. Para el sector del agro, que se mantiene en constante contacto con la naturaleza, resulta de gran importancia esta iniciativa y fomenta la conformación de proyectos que protejan al medioambiente.
Con la aprobación de esta ley, el Estado intenta hacer frente a una realidad que viven los emprendedores del país donde, según números publicados por la editorial de La Nación del pasado 06 de agosto, las empresas de capital emprendedor sufren una tasa de mortalidad de más de 90% en sus primeros tres años de vida, además de contar con una escasa inversión en capital emprendedor que apenas asciende a 0,02 del PBI.

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