A diferencia del etanol para los automovilistas, el biodiésel no se ha convertido en una opción para los transportistas al ser más costoso que el diésel, aseguró la empresaria Ana Paola Campo, al destacar que por ahora el uso del biocombustible resulta rentable principalmente para las industrias.
Si bien tras los aumentos en el costo del diésel, algunos transportistas cotizaron y se interesaron por el biodiésel, “desecharon por su precio y el temor de que pudiera dañar el motor de las unidades, aunque esto sólo es un mito”, afirmó la entrevistada.
Y es que con la reforma energética se está impulsando la producción del biodiésel de una forma natural, por ello, se busca que sea un biodiésel puro, pero en el caso de los transportistas deben recurrir a la mezcla con el hidrocarburo.
Destacó que la prioridad es hacer que los transportistas reconozcan los beneficios, “porque disminuye las emisiones, no huele feo; de repente nos lo piden para plantas de luz, le duele la cabeza a los operadores y el biodiésel no huele feo”.
Además “considero que lo que falta es que el consumidor le pierda el miedo, entonces no le importará el costo”, expresó.
Y es que durante los últimos años han mantenido los niveles de venta con las industrias, por lo que esperan que en un tiempo pueda ser rentable para el sector transportista, “no por el costo sino por los beneficios que representa, al rechazar que pudiera afectar los motores de las unidades”.
“El biodiésel tiene varias aplicaciones industriales, en el transporte no se utiliza como pensamos, ya que el transportista busca un producto bueno, bonito y barato”, expresó.
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