Está totalmente demostrado que el mayor incentivo para aumentar la producción es que el productor reciba íntegro el precio, determinado por el libre funcionamiento de los mercados. Mucho mejor si se fijan en un marco previsible y sustentable por el funcionamiento pleno de todas las instituciones de la república y con reglas de juego iguales para todos los sectores de la economía del país.
Este es el marco de la propuesta que realizó Mauricio Macri que no se debe dejar de cumplir y que todos los sectores tenemos las obligación de ayudar a que se concrete. Los impuestos por exportar y la exportación de impuestos en la transformaciones de la materia prima deben ser eliminados, porque atenta contra el aumento de las producciones, sacrificar el uso de nuevas tecnologías al tener un dólar para comprar los insumos y otro para vender nuestros producción, además de ser política fiscal antifederales.
Este sería el marco ideal para poder contar con un Estado eficiente, que le permita cumplir con todas sus funciones indelegable, como lo realizan los países exitosos que decidieron abrirse a todos los mercados del mundo e integrarse, sin estar pensando en tener sus precios internos desacoplados de los externos. Apostaron por mayores importaciones y exportaciones para dar más y mejores trabajos y ser más competitivo a fin de poder contar con recursos genuinos y suficientes para poder atender a los más necesitados con políticas sociales específicas por medios de trabajos genuinos.
Por todos estos argumentos no hay una explicación que justifique la decisión tomada por el gobierno en el proyecto de presupuesto de no rebajar el 5% de retención a la soja para la producción de años 2017. El apoyo general del campo a las políticas del gobierno de Macri que se pudo observar en el importante Congreso de CREA de la semana pasada y todo las reuniones que se realizan, no debe llevar al gobierno a confundir las situaciones de que muchas producciones se están complicando por la falta de competitividad por culpa del Estado. Inclusive muchas que ya no tienen retenciones están en grave situación económica.
Los alta presión impositiva, intolerable para el que trabaja en blanco, los altos precios de los combustibles que inciden en todos los trabajos agrícolas y en los fletes, el dólar retrasado con indicadores de ser una tendencia para el 2017 con una inflación en dólares para el sector, que le impide al agro poder recuperar la competitividad por decisión empresaria, como se le está exigiendo al productor de parte del gobierno, cuando son todas políticas que tiene que modificar el mismo Gobierno.
Este panorama se agrava cuando analizamos las producciones económicas extra pampeanas, que salvo alguna en particular, todas tienen problemas de competitividad y le es muy difícil colocar sus productor en el exterior. Mantener las retenciones de la soja de 30% a muchos productores a 600 Km y más de puertos, el estado se está apropiando del 30% bruto de su producción y cuando dicho productor termina de pagar sus gasto tiene la sorpresas que el acopiador o la cooperativa, en vez de darle una nota de crédito recibe una de débito por los enormes gastos e impuestos que todavía subsistes en nuestra economía.
Esto a pesar de la buena onda que vende el Ministerio de Agroindustria en el Gabinete y en la opinión pública “de sector agroindustrial más competitivo”. Hay que hacerse la pregunta: Cuando el gobierno tiene que ayudar a todas las producciones ¿no estaremos con un problema macro de la economía? ¿Se puede seguir gobernando haciendo mesas por producción para determinar qué subsidio acordamos y analizar a que sector le sacamos como ocurre hoy con la soja? ¿No sería más correcto convocar a una gran mesa a todos los miembros de la cadena agroindustrial para que blanquee la situación ante que sea tarde? ¿Quién nos puede asegura que los precios de los granos no sigan cayendo y se complique más la actual situación para muchas zonas y productores?
La principal política de Estado que hay que discutir y consensuar en un país federal, como determina nuestra constitución, es una nueva ley de coparticipación federal y una reforma impositiva moderna basada en los tres principios de la tributación que es pagar por lo que se gana, por lo se gasta y por lo que se tiene. Un país que aspira a salir del subdesarrollo no puede estar permanentemente manejado con régimen de emergencia.
Las retenciones a las exportaciones pueden haber servido para una emergencia pero no pueden ser un instrumento permanente. La Argentina tiene que recuperar la potestad de cobrar todos los impuestos a todos los contribuyentes que legítimamente tengan que pagar. No es tolerable seguir con un 40% de la economía en negro. No se debe insistir con instrumentos de recaudación que ya demostraron las nefasta consecuencia, al concentrar el Estado nacional toda la recaudación de los impuestos, porque termina distorsionando geopolíticamente todo el país y termina creando una dependencia fiscal a quiénes tienen que gobernar las provincias y los municipios sin distinción de colores políticos como ocurrió en el país.
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