Su enfrentamiento con el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno le dejó como saldo una mano quebrada y el respeto de muchos productores y empresarios del sector. “No pude mirar para otro lado y hacerme el idiota con las atrocidades que se estaban cometiendo”, recuerda. Hoy, el presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) alerta sobre las dificultades que enfrentan los frigoríficos ante el doble estándar impositivo y sanitario.
–¿Cómo la están pasando los frigoríficos consumeros?
–¿De esta competencia desleal, usted responsabiliza a las cooperativas de trabajadores?
-En realidad son pseudocooperativas. Los trabajadores se hicieron cargo pero no tienen capital de trabajo para operarlas. Entonces terminan siendo una pantalla, las toma un matarife o grupos de matarifes, que ponen las vacas y no pagan impuestos. Estos empresarios son los verdaderos responsables y beneficiarios de la evasión. Responsables porque es el que evade a nombre de la cooperativa y beneficiario porque además no paga ni las cargas sociales, ni los sueldos de convenio. En un frigorífico mediano que faena 800 cabezas por semana, este beneficio extra alcanza los 2 millones de pesos mensuales.
–¿Cuántas pseudocooperativas están operando?
–¿En cuánto se calcula la evasión enla carne vacuna?
-En 10.000 millones de pesos. Es un número muy importante.
–¿Cómo se resuelve el tema de la evasión en las carnes?
-Tiene posibilidades de resolverse a corto plazo si se toman las pocas medidas que hay que tomar. La primera es designar a Marcelo Rossi la persona en el control de la comercialización agropecuaria. Hace cinco meses está trabajando ad honorem en el Ministerio de Agroindustria y sin tener ningún cargo logró armonizar un mecanismo de control comercial apoyado por toda la Mesa de las Carnes.
–¿En qué consiste el sistema?
-Básicamente en un pago a cuenta de IVA y de ingresos brutos de modo que nadie puede escapar. La hacienda que ingresa a un frigorífico ingresa sin poder incorporarse a la lista de matanza. Queda bloqueada hasta que el comprador de la hacienda, puede ser el frigorífico o el matarife, pague vía internet este anticipo por cabeza de 70 pesos para ganancias y 40 pesos por ingresos brutos. Si en la AFIP no aparece el pago a cuenta no se desbloquea la hacienda. Todos estarían obligados a este pago, incluidas las cooperativas y las pseudo cooperativas que no quedarían eximidas. Esto generaría un cierto grado de igualdad.
-¿Cómo se resuelve el doble estándar sanitario que genera la informalidad?
-Es imprescindible entender que la faena no concierne a la salud animal sino a la salud pública. La sanidad animal termina cuando la vaca llega al frigorífico pero cuando se convierte en carne, la media res, pasa a ser alimento, ya es salud pública. La sanidad animal es una de las facultades que las provincias no han delegado a la Nación, entonces hoy tenemos 24 condiciones sanitarias distintas y lo que la Argentina necesita para bien de sus consumidores es un sólo status sanitario.
-¿Es optimista de lo que viene en la ganadería?
-Creo que están dadas las condiciones para crecer y recuperar el stock perdido. Y también están las condiciones como para comenzar a producir eficientemente. Nos tenemos que sacar el estigma que somos un país rico.
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