jueves, 27 de octubre de 2016

¿La soja paraguaya, en fuga hacia Argentina?


Las grandes industrias de transformación que integran el complejo de soja emitieron una alarma a comienzos del año respecto a una decisión de Argentina de allanar el camino a la compra de soja en grano en el exterior. Ni bien juró como presidente, Macri habilitó la admisión temporaria para importar soja libre de impuestos, inyectarla […]
Las grandes industrias de transformación que integran el complejo de soja emitieron una alarma a comienzos del año respecto a una decisión de Argentina de allanar el camino a la compra de soja en grano en el exterior. Ni bien juró como presidente, Macri habilitó la admisión temporaria para importar soja libre de impuestos, inyectarla a las grandes industrias del sector y reexportar sus productos. Se trata de un decreto que parece apuntar en una sola dirección, Paraguay.
Bolivia, que produce tres millones de toneladas anuales, industrializa el total de esa soja y una eventual exportación del grano en estado natural necesita complicados protocolos ?ad hoc?. Brasil tiene enormes saldos exportables pero, por cuestiones logísticas, el denominado ?custo Brasil? no estimula la compra por parte de Argentina. En cambio, la soja paraguaya tiene varias ventajas: su transporte directo en barcazas a puertos argentinos con costos más amigables y, sobre todo, el alto rendimiento industrial en proteína del poroto paraguayo de hasta un 10% por encima del argentino.
Sumado todo, comprarle soja en grano a Paraguay es hoy un negocio redondo para las cadenas de industrialización que gozan, además, de exenciones impositivas. Las industrias argentinas tienen mercado asegurado para sus productos derivados, en especial aceite, harina y biodiesel, éste último, de gran aceptación en Europa. Con un bono adicional: la soja argentina comienza a cosecharse hacia marzo mientras que la paraguaya lo hace en los tres primeros meses del año. De esta manera, el producto paraguayo llena un trimestre habitualmente ocioso para la gran capacidad de las industrias argentinas.
El gremio que agrupa a las procesadoras locales de soja ya había advertido a comienzos del año que la jugada de Macri, absolutamente legal, iba a introducir un factor de distorsión en el mercado local, provocando una fuga del grano hacia los centros industriales argentinos y dejando a los locales con déficit de materia prima. Las cifras proporcionadas por CAPPRO indican que de enero a junio hubo una caída del procesamiento industrial y un aumento de la exportación en grano. En seis meses las industrias argentinas acumularon la compra de casi medio millón de toneladas de soja paraguaya. Y la tendencia es aumentarlas.
Los industriales del sector sugieren al gobierno que ejecute en un 100% la devolución del IVA determinada por ley pero que un decreto reglamentario redujo al 50%. Los productores no ven que esa medida tributaria mejore los precios locales de acopio, y encuentran conveniente venderle soja en grano a Argentina a mejor precio que el que pagan las industrias locales.

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