Un problema de las exportaciones vegetales chilenas para acceder a los mercados de Asia es la calidad de la fruta luego de un largo viaje en barco. Para subsanar ese daño en el trayecto, están prontas a aparecer unas nuevas variedades de manzanas y cerezas que, además de tener una alta calidad, podrán soportar los largos viajes y llegar en perfectas condiciones.
Dados los altos volúmenes de exportación de manzanas, hay esperanzas de contar con las primeras variedades chilenas del INIA a partir de 2020. Se espera que estas primeras manzanas chilenas se caractericen por su buen sabor, crocancia y resistencia a daños. Algo similar ocurre con las cerezas, rubro en el que también el INIA está trabajando para liberar las primeras variedades chilenas que deberán ser más tempranas y más tardías que las actuales en nuestra industria, para ampliar el abanico de oferta a nuevos mercados. Además, deberán tener un bajo requerimiento de frío, para ampliar la superficie apta para este frutal hacia el sur y con un comportamiento de poscosecha compatible con un viaje de más de 30 días hasta los mercados más distantes, junto con otras características de color y sabor.
Adicionalmente, en el ámbito de los frutales el aporte del INIA se ha destacado en los resultados de la uva de mesa Inia grape-one que se está cultivando con éxito en Chile y en otros países. También ha sido exportada a China, Taiwán, Estados Unidos y Europa, superando en el 2015 el primer millón de dólares en envíos.
El desarrollo de nuevos productos de mayor calidad, sanos e inocuos y, en la medida de lo posible, con propiedades benéficas para la salud, es un desafío constante que no se va a detener en el futuro cercano. El mejoramiento genético que permite incrementar el rendimiento o la productividad, la resistencia o tolerancia a enfermedades y plagas o a agentes externos como la temperatura, la humedad, el déficit hídrico y el cambio climático, así como la calidad de sus productos, se realiza a través de cruzamientos o modificaciones genéticas.
Mejoramiento genético
En Chile no se permite producir alimentos genéticamente modificados. La principal institución que genera variedades vegetales es el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), con 52 años de presencia y 19 programas de mejoramiento genético. La institución ha generado más de 270 variedades de cultivos, hortalizas, frutas y forrajeras, siendo la institución que más variedades de productos alimentarios chilenos ha liberado al mercado.
Julio Kalazich, director nacional del INIA y mejorador genético de papa, explica que “el mejoramiento genético es una herramienta que se utiliza en todo el mundo y ante los desafíos de producir más y mejores alimentos para satisfacer la creciente demanda mundial, en una superficie cada vez más limitada, en un escenario de cambio climático y teniendo como imperativo un enfoque de sustentabilidad y cuidado del medioambiente, el desarrollo de nuevas variedades constituye un factor clave de competitividad”.
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