Engordadores intensivos y a pasto siguen reponiendo. Nadie quiere quedarse sin oferta para la salida del verano. Se estima que entre febrero y marzo próximo habrá un nuevo salto en los precios del gordo. Todos quieren estar preparados
Cae la faena (tres por ciento entre en enero y septiembre), baja la producción de carne (cinco por ciento), y cae el peso medio de faena: de 222 kilos a mediados del año pasado a unos 217 kilos en la actualidad. También caen los precios nominales del novillo, que se ubican hoy 14 por ciento por debajo del pico de fines de agosto pasado. Al igual que las exportaciones: cinco por ciento en los primeros nueve meses del año. Cae el consumo, que hace un año era de 64 a 65 kilos y hoy es de sólo 60. La oferta muy baja de invernada, por la época del año en que estamos (octubre es el mes del año con menos comercialización) y por el buen estado de los campos, induce a retener.
¿Quiénes compran? Ante todo los feedlots , gran parte de los cuales pertenecen a integrantes de la cadena de la carne (matarifes, frigoríficos), y que saben que es mejor pagar un alto precio hoy por la invernada a quedar descalzado y descapitalizado cuando el precio de la hacienda suba en febrero-marzo próximo.
También compra el invernador “pastoril” de La Pampa o sur de Córdoba, que tiene los campos en estado excepcional y que puede pagar con el exceso de pasto el sobreprecio del ternero en relación al novillo. Se vende el novillo, y se repone inmediatamente, nadie quiere quedarse con pesos.
A no quedarse con la plata
Muchos productores mixtos compran (en el peor momento del año) porque venden gordo o grano, y no quieren quedarse con la plata en la mano. Hay en general una suerte de psicosis (real) de que el valor del dinero se destruye mes a mes, y que las inversiones que se hacen hoy en hacienda especialmente la vaca de cría van a madurar cuando esta administración no esté más.
En los escritorios de los consignatarios (ferias hay muy pocas) hay muchos más pedidos que hacienda ofrecida. Además, pese a que el gordo ha bajado y el maíz ha subido, la relación carne/grano sigue siendo extraordinariamente favorable. Con que una parte pequeña de la próxima cosecha de maíz, estimada en no menos de 25 millones de toneladas, pretenda ser convertida en carne (especialmente lejos de los puertos), se garantizará una demanda (adicional) muy importante por terneros de invernada. Todo este panorama de firmeza podría afianzarse aún más si se confirma la hipótesis de muchos operadores de que el calor de diciembre-enero último habría afectado más de lo estimado inicialmente la tasa de preñez del servicio pasado.
También es un factor a considerar, si bien se la considera menor, la mortandad de terneros y vacas registrada este último invierno en la Cuenca del Salado, zona densamente poblada de ganado.
El dato
Hipótesis
La caída en la faena de machos puede llevar a otra hipótesis más inquietante: si se están matando menos machos es porque en algún momento la parición ha caído.
Caída de faena
En enero-septiembre la faena de vacuno cae tres por ciento con respecto a igual período de 2013, mientras que la producción de carne vacuna cae cinco por ciento, como consecuencia de la baja en el peso medio por animal faenado. Con respecto al año último, cae 19 por ciento la faena de novillos (la categoría que más kilos aporta a la producción) y sube la faena de hembras, especialmente de vacas (siete por ciento). La caída de la faena en términos absolutos puede llamar a engaño, e inclusive inducir a pensar que se estaría registrando una moderada retención, pero el porcentaje de hembras (45,7 por ciento en septiembre) lleva a pensar todo lo contrario
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