El mega robo de 230 novillos en un campo de Luan Toro desnuda cada vez más el descontrol de certificación del Senasa, ya que los animales robados aparecen blanqueados, listos para vender. En un allanamiento en la zona de Limay Mahuida, la policía secuestró 32 novillos que habían sido blanqueados. El comisario mayor José Alberto […]
El mega robo de 230 novillos en un campo de Luan Toro desnuda cada vez más el descontrol de certificación del Senasa, ya que los animales robados aparecen blanqueados, listos para vender. En un allanamiento en la zona de Limay Mahuida, la policía secuestró 32 novillos que habían sido blanqueados.
El comisario mayor José Alberto Morales, a cargo de Seguridad Rural de la UR I, en dialogó con LA ARENA, precisó que en un allanamiento que comenzó el miércoles y terminó el viernes, se secuestraron 32 novillos. “Tenemos certezas de que habría alrededor de 70. Estamos averiguando el destino de los faltantes”, sostuvo.
En cercanías de Limay Mahuida, en un campo l Anmalu, alquilado por Héctor García, la policía secuestró dichos animales. Tenían nueva caravana y había sido remarcados.
- ¿Le preocupa con la facilidad que estos productores blanquean tan importante cantidad de hacienda robada?
-Nuestra preocupación está. Esto de blanquear siempre existió. Quizá no en grandes cantidades como en este caso puntual. Si los productores son hábiles, lo hacen. Mientras estén registrados en el Senasa a las caravanas las van a conseguir.
Morales sostuvo que es una cadena que lleva a que se incumpla, además, con el control de sanidad animal. “No sé cómo harán cuando llega la fecha de vacunación. En algún momento tiene que saltar. Desconozco qué tan estricto es el control del Senasa. Debería ser estricto”, dijo.
Agregó que no ha recibido llamado de parte de asociaciones de productores del departamento Loventué. Aunque aclaró que está previsto reunirse con productores de Eduardo Castex los últimos días de mayo y, a mediados de julio en Victorica.
El comisario mayor José Alberto Morales, a cargo de Seguridad Rural de la UR I, en dialogó con LA ARENA, precisó que en un allanamiento que comenzó el miércoles y terminó el viernes, se secuestraron 32 novillos. “Tenemos certezas de que habría alrededor de 70. Estamos averiguando el destino de los faltantes”, sostuvo.
En cercanías de Limay Mahuida, en un campo l Anmalu, alquilado por Héctor García, la policía secuestró dichos animales. Tenían nueva caravana y había sido remarcados.
- ¿Le preocupa con la facilidad que estos productores blanquean tan importante cantidad de hacienda robada?
-Nuestra preocupación está. Esto de blanquear siempre existió. Quizá no en grandes cantidades como en este caso puntual. Si los productores son hábiles, lo hacen. Mientras estén registrados en el Senasa a las caravanas las van a conseguir.
Morales sostuvo que es una cadena que lleva a que se incumpla, además, con el control de sanidad animal. “No sé cómo harán cuando llega la fecha de vacunación. En algún momento tiene que saltar. Desconozco qué tan estricto es el control del Senasa. Debería ser estricto”, dijo.
Agregó que no ha recibido llamado de parte de asociaciones de productores del departamento Loventué. Aunque aclaró que está previsto reunirse con productores de Eduardo Castex los últimos días de mayo y, a mediados de julio en Victorica.
Muy cerca.
El dato más insólito que evidenció que los vacunos estaban en manos de productores del oeste fue la aparición de 30 novillos en una chacra alquilada por Carreira, prestador de servicios de la Fundación Loventué para la Sanidad Animal. Estaban a sólo 15 kilómetros del campo La Cinco y a escaso un kilómetro del destacamento policial.
En un principio, los investigadores analizaban la hipótesis que los novillos habían sido enviados directamente a Buenos Aires y que no era tarea fácil descubrir su destino.
Pero tanto Carrerira como Fabián Trapaglia, otro productor que tuvo en su poder novillos robados, evadieron controles del Senasa. En el caso de Trapaglia, caravaneó y remarcó la hacienda y luego la blanqueó en tres firmas ferieras distintas. De este modo, quedó en evidencia que la hacienda estaba.
El dato más insólito que evidenció que los vacunos estaban en manos de productores del oeste fue la aparición de 30 novillos en una chacra alquilada por Carreira, prestador de servicios de la Fundación Loventué para la Sanidad Animal. Estaban a sólo 15 kilómetros del campo La Cinco y a escaso un kilómetro del destacamento policial.
En un principio, los investigadores analizaban la hipótesis que los novillos habían sido enviados directamente a Buenos Aires y que no era tarea fácil descubrir su destino.
Pero tanto Carrerira como Fabián Trapaglia, otro productor que tuvo en su poder novillos robados, evadieron controles del Senasa. En el caso de Trapaglia, caravaneó y remarcó la hacienda y luego la blanqueó en tres firmas ferieras distintas. De este modo, quedó en evidencia que la hacienda estaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.