lunes, 5 de mayo de 2014

Equipo a la deriva


En la relación entre el sector agropecuario y el gobierno sucede algo curioso: no existe tal vínculo. Las decisiones se toman unilateralmente y no sólo no hay consultas previas, sino que directamente no hay diálogo. Por eso es que anuncios como el de los últimos días, acerca de la ampliación del cupo de exportación de trigo y la devolución de 206 millones de pesos a los productores de este cereal no son bien recibidos. Para Luis Miguel Etchevehere, por ejemplo, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner “le firmó el certificado de defunción al trigo”.
El principal reclamo del campo es que la ausencia del diálogo habilita decisiones basadas en el desconocimiento. En una entrevista en el programa La Mirada Despierta, de Nelson Castro, el titular de la SRA explicó: “El único país que puede llegar a duplicar la producción es la Argentina. ¿Por qué lo decimos con tanta seguridad? Porque cuando asumió la actual Presidente se producían 16 millones de toneladas, y debido a las políticas que se ratificaron ayer (con el anuncio) bajamos a 8 o 9 toneladas”.
Etchevehere reconoció que la CEEA viene pidiendo audiencia con los ministros de agricultura desde hace cinco años, pero desde entonces no fueron atendidos. “El gobierno tiene la oportunidad para empezar a revertir el daño que ha hecho porque todas las políticas que aplicaron fracasaron. De nuestra parte tenemos toda la voluntad de no solamente juntarnos para la foto, sino para colaborar para solucionar los problemas. Si no hay diálogo y soluciones es responsabilidad absoluta del gobierno”, advirtió.
No existen razones (o al menos los funcionarios no las admiten) para que el responsable de una cartera no se encuentre con el sector que debe proteger. Sería como que el ministro de trabajo no se trate con los sindicatos. O que el de Salud no reconozca la labor de los directores de hospitales. Sin embargo, esta condición excepcional en agricultura no le impide al ministro hacer declaraciones en las que destaca que “estamos avanzando enormemente” en la producción de biocombustibles “que hace 10 años no existía”.
El ministro habla desde un “nosotros inclusivo” en el que el campo no se siente comprendido. Y es lógico, teniendo en cuenta que en las afirmaciones siguientes, Casamiquela descartó cambios en las retenciones y afirmó que “las retenciones le permiten al Estado generar procesos de equilibrio en la sociedad” y que “se analiza la posibilidad de asociarlas a proyectos de inversión para potenciar la industria del campo”. ¿Con quienes se analiza?
Mucho se habla en los ámbitos productivos de la importancia del trabajo en equipo. No es un slogan sin sentido, por el contrario, está comprobado que el intercambio de conocimientos, ideas y aptitudes es más beneficioso que emprender en solitario. En relación al trigo, Etchevehere señaló que “por cada millón extra de hectáreas que se siembre habrá un ingreso de mil millones de dólares al final del año. Es decir, cuando asumió la Presidente se sembraban 6 millones de hectáreas y ahora 3. Si en lugar de 3 sembramos 4 entrarían mil millones de dólares más y si llegáramos a la situación previa a la asunción, lograríamos tres mil millones más. Entonces se daría una circunstancia en la que todos ganaríamos: productores, gobierno, las arcas fiscales y los consumidores, porque cuanto más producto hay más barato es el pan”.
Por el momento, el gobierno desprecia la capacidad del campo al no querer recibir a sus representantes, pero se pronuncia a favor de maximizar su potencial. La situación es tan descabellada que cuesta comprenderla: es algo así como pretender ganar un mundial de fútbol sin hablarles a los jugadores.
Agro-noticias.com
Alejandro Cánepa

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