El tremendo avance en las tareas de siembra de maíz en los Estados Unidos durante la semana del 12 al 19 del mes pasado (2,4 millones de hectáreas por día) impactó a Chicago pero, sin embargo, no logró presionar las cotizaciones. Ello pareciera evidenciar que no existía premio climático en los valores del maíz como muchos suponían.
Es justo reconocer que las demoras en las tareas se verificaron por exceso de lluvias en un área necesitada de humedad. En consecuencia, si el clima de ahora en más fuera amigable con los cultivos, el potencial de rindes aún lograría manifestarse en toda su dimensión. Así las cosas, podría afirmarse que la primera "aduana" del nuevo ciclo comercial ha sido superada con éxito (aunque no exenta de sustos).
Pero el interrogante de peso es otro y se vincula con el balance de oferta y demanda que puede esperarse para maíz y soja en el nivel global y para los Estados Unidos, en particular. En el caso de la demanda, la firmeza en ambos casos es notable y no pareciera dispuesta a correr riesgos apostando a una gran cosecha estadounidense. Más bien actúa como evidenciando la necesidad de asegurarse mercadería.
EFECTO ARGENTINA
Por el lado de la oferta, y en el caso de la de soja, la actitud argentina pareciera exasperar a los operadores. Mientras EE.UU. y Brasil ya casi han liquidado sus excedentes, el porcentaje de ventas con precio determinado en nuestro país no supera el 25 por ciento de la oferta estimada. La falta de alternativas de inversión respecto de otros años (dólares y/o "ladrillos); la brecha cambiaria (que alienta expectativas), y la demora en el mercado de alquileres para el nuevo ciclo (mucha incertidumbre y ecuaciones ajustadas) se suman para definir un nivel de atraso en las ventas nunca visto.
Mientras tanto, la plaza triguera local es un hervidero. Una magra cosecha, complicada además por problemas de calidad, puso de relieve la torpeza de la política oficial de las últimas ocho campañas. El trigo no alcanza, dicen algunos, mientras todos asisten con asombro a cotizaciones que superan a las de la soja.
En nuestra opinión, el volumen está. El problema, además de la calidad, es la localización geográfica y los tenedores de los lotes. Mientras se dilucida este último tema, el sector de la exportación aduce un muy bajo porcentaje del remanente de trigo en su poder. La molinería, otrora muy beneficiada por las decisiones gubernamentales, ahora padece las consecuencias de las mismas.
COMPLEJO DESENLACE
Por su parte, la plaza maicera pareciera prometer un desenlace similar al visto en la triguera a medida que se avanza en el calendario. Todo pareciera indicar que se han autorizado volúmenes de exportación que podrían poner en riesgo el consumo interno. La necesidad de asegurar en tiempo y forma el ingreso de las divisas que se vienen retrasando por la demora en las ventas de soja sería la responsable de este nuevo "desaguisado".
En semejante contexto, las cotizaciones del maíz en la plaza local han vuelto a entonarse, alcanzando los mejores niveles vistos en las ventas forward de quienes oportunamente efectivizaron coberturas con razonable prudencia.
Acerca de las numerosas consultas que nos llegan respecto de la conveniencia de realizar coberturas para 2014, nuestra opinión es muy clara: Manejar los "tiempos del mercado" es nuestro mejor consejo. Veremos muchas idas y vueltas en la Bolsa de Chicago en los próximos meses al compás de un mercado climático que garantiza volatilidad. Es altamente probable que veamos mejores momentos para comenzar a operar.
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