GUELPH, CANADÁ.- En la actualidad, hay cada vez más consumidores que ejercen su derecho a informarse sobre las decisiones que adopta el sector agroalimentario. Y lo que piensan influye cada día más en lo que producen los agricultores. No sé si el sector se da cuenta de cuánto depende de la población para respaldar aquello que considera "correcto": la manera correcta de tratar a los animales, el lugar adecuado para criarlos, la protección indicada y la tecnología de producción para utilizar en el campo.
Teniendo en cuenta su alto grado de dependencia en el apoyo de la gente, el sector agroindustrial debería ser más proactivo a la hora de dar explicaciones al público. Sin dudas, hay algunas iniciativas eficaces y bienintencionadas. Pero ellas son, en su mayoría, peces flacos.
Sus homólogos -los peces gordos- se hacen escuchar. Todas estas voces estuvieron presentes este año durante la "Semana Verde" en Berlín, Alemania, en lo que se transformó en el mayor espectáculo del mundo sobre agricultura y alimentos para los consumidores. La 87a edición de este encuentro, que se desarrolló durante diez días, reunió a más de 400.000 personas y medios de comunicación del mundo entero, entre ellos de la Argentina.
Tuve la suerte de estar allí. Año tras año, la Semana Verde congrega a ejecutivos de la Federación Internacional de Periodistas Agrícolas (IFAJ, por sus siglas en inglés). Se trata de la misma federación que celebrará su primer Congreso en América del Sur, en la Argentina, en septiembre. Los organizadores se han preparado mucho para mostrar los productos alimenticios y agropecuarios que ofrece la Argentina ante más de 200 periodistas destacados del sector agrícola de más de 50 países.
Durante el evento en Berlín, y mientras los periodistas debatíamos sobre la libertad de prensa, un grupo de ambientalistas se reunía afuera y coreaba eslóganes como "No a los OGM" para las cámaras de TV.
Los manifestantes quieren que sus voces sean escuchadas, que es lo que debería suceder en una democracia. A la hora de hablar de agricultura, no estoy seguro de que los ambientalistas quieran que se oigan todas las voces... por ejemplo, las de aquellos que defienden la tecnología. Ellos no tardan en criticar con dureza a cualquiera que adopte esa postura, y los ataques de ese tipo tienen un efecto intimidatorio sobre la percepción de la gente, los gobiernos y los agricultores.
De hecho, un vocero de la industria agroquímica alemana me dijo que el éxito de los grupos "verdes" en instaurar y mantener el miedo a las plantas genéticamente modificadas entre la población ha logrado que los gobiernos sean ahora reacios a permitir que esos cultivos se siembren dentro de sus fronteras, y ha acallado el interés de los agricultores en el tema.
He notado que la población ha dado más señales de interés en los alimentos y la agricultura, pero no necesariamente en el activismo. En Guelph, Canadá, ciudad en la cual vivo, hace unas semanas, se habían reunido algunos manifestantes para protestar contra la propuesta de introducir en nuestra agricultura alfalfa genéticamente modificada. El evento atrajo a un centenar de personas, pero dudo que muchos de ellos hayan sabido qué es la alfalfa, y mucho menos su versión genéticamente modificada.
Los periodistas agrícolas desempeñan un rol fundamental a la hora de ayudar a descifrar todo esto mientras intentan mantener la objetividad. La gente quiere leer, ver y escuchar sus historias: está más preocupada que nunca por lo que come, y la gran mayoría está dispuesta a escuchar un debate bien fundamentado antes de adoptar una postura determinada.
Todo esto apunta a los motivos que llevan a los periodistas a reunirse y discutir su papel en estos foros de debate, y tal como nosotros lo haremos en la Argentina. Este año, por primera vez, se hará especial hincapié en el papel del periodismo agrícola en América latina, por los desafíos que esta región tiene en la provisión mundial de alimentos, en la que cada vez es más protagonista, y consecuentemente, la comunicación de esa responsabilidad.
Hay mucho por debatir. En lo que a la alimentación y la agricultura respecta, los medios de comunicación tienen un papel esencial que consiste en ayudar a que todas las voces sean escuchadas y presentar información clara y equilibrada.
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