Un Percutor para aplastar malezas resistentes
•El nuevo producto de Bayer apunta a contrarrestar una de las mayores amenazas de la agricultura argentina y mundial. Se trata de un herbicida pre emergente para soja y maíz con una residualidad de hasta 120 días.
El especialista en manejo de malezas del INTA Oliveros Juan Carlos Papa fue terminante: “cuando se presiona a los sistemas naturales se producen cambios y los productos que funcionaban dejan de servir”. Así se refirió al principal problema que afrontan los agricultores a nivel mundial: el número creciente de malezas tolerantes o resistentes a los herbicidas disponibles en el mercado.
Papa disertó en la ciudad de Santa Fe durante la presentación de Percutor, un nuevo herbicida de Bayer que apunta justamente a dar pelea contra Rama Negra, Sorgo de Alepo, Viola, Verdolaga y demás especies cada vez más difíciles de controlar con agroquímicos. Se trata de un producto pre emergente para soja y maíz con una alta residualidad, lo que permite un mayor espectro de control.
“Venimos con una modificación muy vertiginosa de la composición de malezas en el sistema de todo el país”, apuntó Edgardo Preiz Casas, asistente técnico para la Región Centro de la empresa alemana, quien también consideró que “es un problema mundial” de tal magnitud que “hay especies (de malezas) que han excluido zonas de producción” (ver Un cuco….). En Argentina aún no se llegó a tal situación, aunque “sí tenemos especies con las que claramente el productor debe invertir más tiempo y dinero para el control”.
El nuevo producto está formulado con dos principios activos de la familia de las Sulfonilureas (iodosulfuron-methyl-sodium y thiencarbazone-methyl) y llega para complementar el uso de glifosato en barbechos de 90 a 120 días previos a la siembra. El objetivo es anticiparse a la emergencia y desarrollo de la maleza para atacarla en el momento adecuado.
Cambios en el sistema
Papa, durante su charla -titulada “Problemas actuales de malezas en la región sojera de Argentina”- afirmó que el propio sistema de producción generó problemas como el de la resistencia a herbicidas. Se remontó al cambio de paradigma que llegó en los 80 con la siembra directa e implicó el paso de una tecnología de procesos (labranzas) o otra de insumos, apoyado en la aparición de productos para resolver dificultades en el lote. Pero su uso reiterado (la “presión” del sistema sobre el medio) va generando reacciones biológicas que los vuelve ineficaces y, ante la imposibilidad de desarrollar nuevos productos en el corto plazo, obligan a realizar cambios estratégicos como volver a tecnologías de procesos (monitoreo de lotes, Manejo Integrado de Malezas).
Al respecto, Preiz Casas destacó la necesidad de “empezar a rotar los modos de acción y dejar de fijarnos únicamente en el principio activo” si se quiere ralentizar o evitar la resistencia de las malezas. “Hay una relación directa entre tamaño de la maleza y dificultad para su control, por eso la idea es apuntar al momento en que la maleza es más sensible a la acción de los herbicidas que es en la emergencia”, indicó.
Al respecto, Percutor actúa como un complemento para el glifosato (que no tiene residualidad), ya que cuenta con una persistencia prolongada en el suelo. Además, “se pueden mezclar perfectamente, incluso con otros activos como el Glufosinato de Amonio”.
El técnico de Bayer aclaró que su uso es muy sencillo, ya que la compañía creó una “regla nemotecnica” para establecer la dosificación y el período de carencia antes de sembrar. “Va a tener dos dosis de uso: 30 o 45 gramos. Y para soja convencional o maíz se debe esperar el mismo período de días que gramos utilizados; o sea 30 o 45 días”. En cambio, si la soja es STS (tolerante a herbicida Ligate) “sólo hay que esperar solamente 7 días para la siembra”.
Si bien no existen mediciones certeras sobre pérdidas ocasionadas al productor por el avance de malezas tolerantes o resistentes, el técnico de Bayer hizo algunas cuentas rápidas: “cada vez que una máquina ingresa a un lote tiene un costo de movilidad de u$s6; sumado a eso el costo de los químicos, que normalmente rondan u$s25/30. Si en 90 días hay que entrar al lote 2 o 3 veces, habría que multiplicar esos u$s35 por la misma cantidad”.
El otro beneficio para el productor que ofrece Percutor es la posibilidad de “independizarse de las condiciones climáticas, ya que muchas veces ocurre que no hay condiciones de suelo o climáticas para entrar al lote cuando se necesita; eso retrasa las aplicaciones y agrava el problema”. Además, “la maleza no está gratis en el lote”, recordó el técnico en referencia a la extracción de humedad y nutrientes que realizan.
“Hay una relación directa entre tamaño de la maleza y dificultad para su control, por eso la idea es apuntar al momento en que la maleza es más sensible a la acción de los herbicidas que es en la emergencia”
Edgardo Preiz Casas
Asistente técnico para la Región Centro de Bayer
El dato
Un cuco que se acerca
- En EE.UU. el Amaranthus palmeri, que los aborígenes norteamericanos usaron como alimento, es la maleza más problemática para la actividad agrícola por la resistencia desarrollada a herbicidas, en especial glifosato. “En el centro oeste del país ya existen lotes en los que no se puede hacer agricultura porque se tornó inmanejable”, indicó el técnico de Bayer Edgardo Preiz Casas.
Aunque en Argentina aún no es un problema, el asistente técnico para la Región Centro de la firma alemana advirtió que “hay 80.000 hectáreas en provincia de Córdoba donde se ha detectado”. Al respecto, la Red de Conocimiento de Malezas Resistentes (REM) de Aapresid lanzó en febrero de este año un Alerta Rojo ante la confirmación en el sur cordobés de resistencia a inhibidores de ALS (sulfunilureas, imidazolinonas, triazolpirimidinas), sumándose a la sospecha de su resistencia a glifosato
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