SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La Argentina es el principal exportador de pera en el mundo y uno de los mayores productores, detrás de China, Italia y de los Estados Unidos. Por eso, la cadena productiva de la fruta de pepita del mundo se reunió recientemente en el Alto Valle para establecer estrategias en común en pos de mejorar la actividad.
Los datos alentadores de la fruticultura, que produce 800.000 toneladas de peras en el país, con una superficie de 28.200 hectáreas, de las cuáles el 90% surge en los valles de Río Negro y Neuquén, motivaron que la Unión Europea decidiera trasladar a la cuidad de General Roca el sexto congreso mundial "Interpera 2013" que reunió a especialistas, productores y exportadores de pera del mundo para analizar sus desafíos y establecer estrategias en común.
Jacques Dasque, secretario general de la Asamblea de Regiones Europeas Hortofrutícolas, señaló que uno de los desafíos de todos los países asistentes es "explicarle al consumidor que la pera es muy buena fruta para su salud".
La promoción de las bondades de la pera está ligada íntimamente a la búsqueda de nuevos mercados y a "aumentar la promoción del consumo en el mercado interno", afirmó a LA NACION, Marcelo Loyarte, presidente de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI).
En la Argentina, el mercado interno es casi inexistente, ya que se exporta el 90% de la producción. En 2012 se exportaron por vía marítima y terrestre 396.378 toneladas de peras, con Brasil y Rusia como los principales compradores, según datos del Senasa. Este año -aún con la etapa de empaque y exportación en marcha- se espera superar las 450.000 toneladas de ventas externas, dada la situación extraordinaria que se presenta por la falta de fruta en el hemisferio norte, que acrecentó la demanda al Sur y mejoró las expectativas.
"Dadas las características del cultivo, la incidencia de la mano de obra en los costos es un tema preocupante para todos el nivel de costos. Otro desafío es aumentar el rendimiento por hectárea y producir nuevas variedades", explicó Loyarte. Según la CAFI, en los últimos años se afrontaron incrementos en los costos internos del 100% en dólares, cuando los precios del mercado crecieron sólo un 35%.
Carlos Magdalena, técnico del INTA Alto Valle, afirmó que la fruticultura tiene el desafío de "superar la falta de mano de obra, el incremento de los costos y las exigencias medioambientales y laborales incorporando tecnología, y en esto la mecanización juega un rol fundamental". El técnico agregó que "los cambios tecnológicos de esta época serán tan intensos y tan desafiantes para los productores y las empresas como lo fue la incorporación del motor de combustión interna en la agricultura. La supervivencia de las empresas dependerá de su adaptación a este nuevo contexto".
El estadounidense Terence Robinson Lee consideró que la "mecanización en sí misma no resuelve los problemas económicos del productor" y apuntó al rendimiento del trabajador y a que la estructura de la chacra se adapte para incorporar tareas mecanizadas. Los países participantes como España, Italia, Bélgica, Sudáfrica, Chile, Uruguay, Corea, Portugal y Argentina establecieron un acuerdo para diagramar "iniciativas comunes para discutir cuestiones que impactan en el sector, como los costos del flete marítimo, sobretodo en los países del hemisferio sur".
El congreso, que se desarrolló del 5 a 7 del actual, fue organizado por la Asamblea de Regiones Europeas de Frutas y Hortalizas, la CAFI, la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén, el INTA, el Consejo Federal de Inversiones y por el gobierno de Río Negro, y se extendió del 5 al 7 de junio. Participaron más de 1500 personas de manera presencial y otro tanto vía streaming.
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