sábado, 29 de junio de 2013

El Brangus, un desafío que ya cumplió 35 años de vida


Se presentaron por primera vez en La Ganadera de 1980 ante la incredulidad de muchos y el arrojo de los orgullosos de hoy.
Evocar una vez más aquellos años en donde planteamos el desafío de ser, no es tema fácil. Al echar una mirada se agolpan imágenes de reproche, de escepticismo, de desconcierto. Vislumbrar la idea que la amplia zona subtropical podía transformarse en el pulmón de crecimiento de la producción ganadera - ¡si lo sabrá Brasil, en estos días! - y que a la calidad carnicera del Angus era necesario cubrirla con un envase de telgopor para tolerar el calor, no eran temas instalados en la agenda oficial ni tampoco moneda corriente en los corrillos ganaderos de aquellos años.
"¿Raza simétrica?" "¿Qué disparate es eso?" "¿A quién quieren engañar?" "El vigor hibrido de la primera cruza es una ilusión". Había que remontar esa mochila y no era fácil. El mundo académico seguía pregonando un mínimo de siete generaciones de cruzamientos entre sí para arribar recién a un punto de partida y de allí en más otro tanto para una fijación final. Nosotros creíamos en la vida eterna pero no estábamos dispuestos a esperar tanto...
Nos abrimos a nuevos conceptos, a lecturas clandestinas, a ideas renovadas. Apostamos a la posibilidad de, por recombinación de caracteres, remontar por presión de selección la caída del vigor híbrido en sucesivas generaciones. Hasta propusimos la herejía de cruzar una avanzada vaquillona de 3a. generación (F3) por un engañoso primera cruza (F1). Cosa de locos...
Nos reuníamos todos los lunes en la Comisión Técnica, integrada por jóvenes genetistas liderados por Fernando Lagos, que aportaban la frescura de mentes abiertas. Allí fuimos, dialogando, discutiendo, consensuando y amalgamando la revolución conceptual con la experiencia de productores exitosos del Norte, de figuras señeras de la ganadería argentina como el legendario "Rula" Firpo u Horacio Gutiérrez.
Pero nuestra fortaleza no era un planteo técnico novedoso. Lo nuestro era la coherencia del grupo, de anteponer el éxito colectivo como Raza al logro individual personalista. Los campeones eran de Brangus, aunque engalanaran a una u otra cabaña.
Lo nuestro era alternar la novedad y solvencia de un planteo técnico con la promoción marketinera para defender una idea. Desde el "Vote Brangus" como slogan en nuestros avisos, hasta el completo y detallado "Manual del Criador". También publicaciones y boletines con gráfica cautivante hasta las Pruebas a Campo de Comportamiento Reproductivo.
Desde aquel primer stand de la Asociación en la zona comercial de la Exposición Ganadera de Palermo en 1980, una salida inédita del clásico quiosco institucional al Block Test del rendimiento del novillo Brangus.
Una de cal y una de arena en la exacta mezcla para construir una sólida estructura de inserción en la ganadería nacional. En 1988, nos aventuramos a presentar un "Proyecto Brangus para los próximos diez años", en un intento de seria planificación de objetivos en un país cortoplacista por definición.
Permítanme aventurar que, al menos, éramos distintos. No sé si mejores, pero distintos, con miradas de largo plazo para construir futuro.
Hoy, a 35 años de esa epopeya, hay otros nombres, otros hombres y mujeres pero un mismo espíritu, aquél que se planta ante la coyuntura para hacer de las crisis una oportunidad, aquél que sin bajar los brazos cuando el rodeo nacional se hace añicos por políticas que nadie entiende, el Brangus asoma como la segunda raza del país.
Cuando todos se suman al desconcierto en el plano nacional, el Brangus protagoniza su inserción continental, asumiendo el liderazgo en Latinoamérica, y apuesta al futuro que inexorablemente llegará.
Nosotros, los veteranos de ayer, estamos orgullosos. La mística sigue en pie.

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