viernes, 28 de junio de 2013

El trigo puede bajar sin intervención

Mercados y tendencias. La importación ayudaría a reducir el precio interno. Sería la alternativa más natural que tiene el mercado.
El trigo continúa llevándose la atención del mercado local, con precios récord al finalizar la semana anterior, lo que hizo ruido en los medios y despertó el interés del Gobierno.
La semana comenzó con la protesta de panaderos en la ciudad de Rosario por el incremento del precio de la harina de trigo que encarece el precio del pan.
La suba del precio, que alcanzó los 20 pesos el kilo en algunas localidades, se produce por la menor oferta del grano a partir de la caída de la producción 12/13 que se generó por la menor área de siembra y los malos rendimientos.
 
El comportamiento de los precios del trigo es alcista desde hace varios meses, aún cuando se tomó la decisión en diciembre pasado de limitar las exportaciones de trigo a pesar de que el sector exportador ya tenía comprometido al exterior y comprado un volumen superior.
Al obtener el productor menos cereal del esperado frente a una demanda interna que necesita el trigo para el abastecimiento, se generó la suba de los precios que se trasladó a los productos finales, cuando los industriales comenzaron a transferir los mayores costos de los insumos.
El precio del trigo aumento 120 por ciento desde enero hasta llegar a 510 dólares el viernes pasado. Suba que se generó semana tras semana pero con impacto real en la presente, por la reacción del sector consumidor.
Como consecuencia, el Gobierno reaccionó con nuevas medidas de intervención. El secretario de Comercio Interior suspendió las exportaciones de harina y solicitó al sector exportador colocar 370.000 toneladas de trigo en el mercado interno para aumentar la oferta molinera.
En la reunión de esta semana, convocada inicialmente para hablar de maíz, comprometió a los exportadores a que destinen al mercado local otras 170.000 toneladas que tienen de existencias. Además, los exportadores cancelarán otras 200.000 toneladas pendientes de embarque que irán también al mercado interno.
De comprador a vendedor. De esta forma, la demanda tradicional del producto se convirtió en oferente con el consecuente impacto a la baja en los precios. La posición julio del Matba operó el miércoles a 462 dólares, 50 dólares menos respecto de la semana anterior. Mientras que por primera vez, desde marzo del 2012, reapareció el precio de pizarra de Rosario en 2.500 pesos (470 dólares).
La caída de los precios, a partir de una nueva intervención del Gobierno, se podría producir igual por la libertad de comercialización como se produce en otros países del mundo.
A partir de las fuertes subas de los precios internos, las economías de mercado ajustan mediante la posibilidad de importar el producto faltante de orígenes que tienen excedentes.
De esta forma, nuestro país podría importar trigo desde Estados Unidos donde el tipo duro cotiza a 316 dólares valor FOB que, más costo de flete, impuestos de importación y gastos en puertos, nos lleva a un valor teórico cercano a 400 dólares.
La competencia entre el trigo externo y la poca oferta local llevaría a bajar aún más los precios, alternativa que estuvieron estudiando algunos industriales pero sin mencionarlo abiertamente. La opción de importar sería la salida natural del mercado, aunque se confirmaría así el fracaso en las políticas aplicadas para el cereal en los últimos años.

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