sábado, 6 de noviembre de 2010

Ganadería imbatible

 

 

Raúl Blúa logró un modelo que supera la renta de una soja y un maíz de 90 y 200 quintales


CHAÑAR LADEADO, Santa Fe.- ¿A quién se le puede ocurrir hacer ganadería sobre suelos agrícolas clase I [de máxima aptitud] que ofrecen rendimientos de entre 4200 y 4500 kilos por hectárea en promedio de soja y de 12.000 a 13.000 kilos en maíz? En Chañar Ladeado, 180 kilómetros al oeste de Rosario, Raúl Blúa no sólo apuesta a hacer ganadería en suelos donde podría tener una agricultura permanente, sino que hasta obtiene rentabilidades que más que duplican lo que obtiene con la soja y el maíz. A los precios actuales, Blúa logró un modelo ganadero cuyo margen bruto hoy equivale a una soja de 90 quintales por hectárea y un maíz de 215 quintales por hectárea. Tiene un esquema que se parece a un auto Fórmula 1. ¿Y qué clase de modelo implementó? Blúa, que se autodefine como "la tercera generación de una empresa mixta", pertenece al grupo Cría Bovina Intensiva (CBI) en el ámbito del INTA Venado Tuerto, integrado por 15 productores. También hay otros grupos CBI en el sur provincial y en Córdoba, y se encuentran en formación en otras provincias. CBI es un concepto que apunta a hacer la cría sobre estos suelos agrícolas que pueden aportar altísimas producciones para ganadería.

"En nuestro caso tenemos 92 hectáreas ganaderas de pasturas; hay 465 vacas más la reposición y los terneros", comentó Blúa, que se desempeña como socio de la firma Blúa Hnos. SH. Así, con 92 hectáreas el 20% de la superficie del establecimiento es con pasturas; un 30% con maíz (160 hectáreas) y otro 50% con soja (260 hectáreas).

Blúa tiene en el promedio de la explotación una carga de 5 vacas por hectárea. Si se considera la reposición, ese número sube a 5,4 por hectárea, más los terneros.

"Es el mismo suelo donde logramos 13.000 kilos de maíz y más de 4500 kilos de soja", señaló.
Un pilar clave del sistema es el logro de elevadas producciones de pasto. "Nosotros estamos en el orden de los 30.000/35.000 kilos de materia seca por hectárea por año con alfalfa más cebadilla y festuca, consociadas", explicó el productor. La composición de las pasturas se conforma de 12 kilos de alfalfa, cinco kilos de cebadilla, tres kilos de festuca y un kilo de lotus.

En líneas generales, la base forrajera se integra de seis meses en alfalfas consociadas (desde octubre hasta marzo/abril); seis meses en los rastrojos con avenas (desde marzo/abril hasta septiembre/octubre) y durante todo el año con rollos de rastrojo de soja a voluntad. Sobre las avenas, es interesante el trabajo que están haciendo apuntando a la cobertura permanente de raíces vivas en el suelo [ver aparte]. Si bien el sistema que aplica Blúa desde hace más de once años se denomina cría bovina intensiva, para él en la práctica es mucho más que eso. "Nosotros la llamamos cría profesional, porque se necesita mucho control y gestión", comentó. Una prueba de cómo encaran todo con profesionalismo es que se alcanzan preñeces del 98% y porcentajes de destete del 97%. "Un ternero que se muere equivale a perder una hectárea de maíz o de soja", explicó.

Feedlot rotativo
Si bien la cría bovina intensiva es lo que destaca, el modelo en sí es de ciclo completo, ya que además de la cría hay una recría y el animal sale gordo, terminado. Algo novedoso que aquí implementaron es el concepto de feedlot rotativo, distinto al del corral fijo.
¿En qué consiste? Una vez levantada la soja y el maíz, se arman con alambrado eléctrico en lote parcelas donde van rotando la hacienda en engorde. Para esto Blúa tomó hace dos años una idea del INTA Concepción del Uruguay.
"Las parcelas son de 1 hectárea cada una, tenemos 150 cabezas por hectárea o parcela y la rotación puede hacerse cada una, dos o tres semanas", indicó. Es un sistema para cuando no hay cultivos en el invierno e implica llevar la comida [se usa el mismo balanceado que se emplea en el feedlot tradicional de corrales fijos y se come un poco de rastrojo hasta que se acaba] y el agua al lote. Esto se hace con bebederos y comederos móviles.
A modo de ejemplo, para un módulo de 150 cabezas que ocuparían 5 hectáreas desde abril/agosto se necesitarían 100 varillas más 2800 metros de alambre, un bebedero portátil y un comedero tolva.
En el feedlot rotativo hay dos opciones de engorde. La primera, de invernada propia, con animales que entran en abril con 280 kilos (la cola de parición) y salen en junio con 370 kilos. La otra alternativa, de invernada de compra, con terneros que ingresan con 160/200 kilos y salen con 350 kilos. El animal que entra con 200 kilos engorda 1,3 kilos por día.

El feedlot rotativo es una alternativa con ventajas. Así, al estar en un espacio más grande, los animales están más tranquilos, no hay estrés y no hay olores. "Notamos que hay una mejor conversión [en carne] en los corrales rotativos; hay un 10% más de eficiencia de conversión, por bienestar animal, que en el feedlot [tradicional]."
Pero ¿cuál es el fin último que persigue Blúa con esta idea de rotar la hacienda con una alta carga sobre los lotes agrícolas?
Como los animales hacen sus eyecciones allí mismo, se reciclan nutrientes. Aquí tienen estimado un aporte en 21 días de ciclo de 60.000 kilos de bosta y orina por hectárea.
Y en el maíz siguiente sobre un feedlot rotativo han observado por el reciclado de nutrientes 12 quintales más en el cereal y 3,6 quintales más en soja.
Haciendo un manejo mixto agrícola ganadero Blúa ya tenía de 8 a 10% más de rinde en maíz y de 4 a 5% más en soja, siempre contra un esquema de agricultura permanente. Todo esto es consecuencia de la rotación con pasturas, una mejor estructura en el suelo, mayor actividad biológica y materia orgánica y siembra directa con reposición de nutrientes.

Números impactantes
Si se considera el esquema de cría solo, vendiendo con 220 kilos por cabeza a precios actuales el margen bruto del sistema (sin contar gastos de estructura y Ganancias) hoy representa 2200 dólares por hectárea de pastura (1100 kilos de carne por hectárea). Ese margen hoy equivale a lograr una soja de 103 quintales y un maíz de 240 quintales.
En tanto, cuando se toma en cuenta el esquema cría más feedlot, comercializando con 350 kilos los machos y 340 kilos las hembras, el margen bruto del modelo es de 1900 dólares por hectárea de pastura (1700 kilos de carne por hectárea). Eso equivale a obtener una soja de 90 quintales y un maíz de 215 quintales.
En el promedio de los últimos cinco años el margen bruto equivalió a alcanzar una soja de 49 quintales y un maíz de 155 quintales.

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