Los polleros “tiraron el achique” como se dice en la jerga futbolera y lograron frenar el crecimiento continuado de la la faena al menos por un par de meses.
Esa fue la estrategia que consensuaron las empresas del sector (y que reconocieron públicamente hace unos meses), y que les permitió reducir la producción al menos en agosto y septiembre respecto de lo alcanzado en los mismos meses del año pasado.
Esa menor oferta derivó en una mejora en el precio a salida de fábrica. De acuerdo a lo que informan las avícolas, ese aumento fue superior al que se dio en la góndola. El valor de venta minorista aumentó en el último año sólo 6% según el relevamiento que hace el IPCVA.
Pero la tendencia a la reducción de la faena y la producción duró poco. Los datos de octubre dan cuenta de un nuevo aumento en la oferta de 10 mil toneladas respecto de septiembre, eso es un 6% más de carne de pollo de un mes a otro.
En la comparación con relación a octubre del año pasado el aumento productivo fue de 3%. Un incremento porcentual similar se dio en el acumulado de enero/octubre respecto de igual período del año pasado.
Parte de ese crecimiento productivo se está canalizando hacia las exportaciones de carne aviar, que este año crecen a un ritmo del 11% interanual, pero todavía no alcanzan para desagotar un sobre abastecido mercado local en el cual el consumo ponderado promedio del año es de 44,6 kilos y supera al registro del año pasado.
Teniendo en cuenta que la producción de carne vacuna se acerca a los 60 kilos por habitante y por año y que la de cerdos ronda los 17 kilos, entre las tres generan una oferta que sigue superando los 120 kilos anueles por habitante.
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