Australia y Nueva Zelanda “son países con una conciencia agropecuaria muy grande, por lo que siempre miran el campo y facilitan las acciones a los productores”, señaló a EL TELEGRAFO el doctor Sergio Fierro, tras recorrer durante 22 días Oceanía, en una gira técnica organizada por Central Lanera Uruguaya (CLU) a través del Centro Tecnológico Ovino, que fue un proyecto presentado por esa institución a la ANII.
Viajaron 30 personas, con técnicos de diferentes instituciones del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y CLU, quienes conformaron un grupo muy heterogéneo que incluyó productores. “Esto nos unió mucho como grupo y fortaleció la gira”, precisó el técnico. La delegación, que retornó el jueves, en Australia, se desplazaron desde Sydney a Melbourne, recorriendo los 2.000 kilómetros en ese país y después las dos islas de Nueva Zelanda.
En términos generales, “las tecnologías de proceso que se aplican en Uruguay también lo hacen los productores en Australia y Nueva Zelanda”, dijo el médico veterinario, que desempeña funciones en el SUL. “Ellos tienen foco en la productividad individual de los animales, que tienen buen desarrollo corporal y muy buena productividad, pensando mucho en el producto final y en el mercado al que lo van a colocar”.
“Tienen otra realidad en el clima y otra forma de trabajar, más mecanizada”, subrayó. “Es más familiar y cada vez que uno llega al establecimiento, ve al jefe de familia con sus hijos y algún otro recurso humano contratado”. Pero también aclaró que “apreciamos establecimientos desde 28.000 hectáreas hasta de 500 hectáreas”.
Al buen nivel de productividad se debe tener en cuenta que los niveles de intensificación son diferentes. “Pero son países que están pensados en torno al agro, con todas las facilidades para los productores”, dijo Fierro, quien contó que un día recorrieron “300 kilómetros para ir a un establecimiento y tenían bitumen hasta la puerta”.
Viajaron 30 personas, con técnicos de diferentes instituciones del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y CLU, quienes conformaron un grupo muy heterogéneo que incluyó productores. “Esto nos unió mucho como grupo y fortaleció la gira”, precisó el técnico. La delegación, que retornó el jueves, en Australia, se desplazaron desde Sydney a Melbourne, recorriendo los 2.000 kilómetros en ese país y después las dos islas de Nueva Zelanda.
En términos generales, “las tecnologías de proceso que se aplican en Uruguay también lo hacen los productores en Australia y Nueva Zelanda”, dijo el médico veterinario, que desempeña funciones en el SUL. “Ellos tienen foco en la productividad individual de los animales, que tienen buen desarrollo corporal y muy buena productividad, pensando mucho en el producto final y en el mercado al que lo van a colocar”.
“Tienen otra realidad en el clima y otra forma de trabajar, más mecanizada”, subrayó. “Es más familiar y cada vez que uno llega al establecimiento, ve al jefe de familia con sus hijos y algún otro recurso humano contratado”. Pero también aclaró que “apreciamos establecimientos desde 28.000 hectáreas hasta de 500 hectáreas”.
Al buen nivel de productividad se debe tener en cuenta que los niveles de intensificación son diferentes. “Pero son países que están pensados en torno al agro, con todas las facilidades para los productores”, dijo Fierro, quien contó que un día recorrieron “300 kilómetros para ir a un establecimiento y tenían bitumen hasta la puerta”.
ORGANIZACIÓN
“Cuando uno llega a estos países lo primero que llama la atención es la organización, en donde está muy claro lo que se puede hacer y lo que no se puede, tanto en la ciudad como en los establecimientos agropecuarios”, expresó Sergio Fierro.
Desde el punto de vista agropecuario, subrayó “la productividad individual que tienen”. Y recordó que “fuimos a establecimientos en Australia con ovejas Merino australiano –con la misma genética que acá, pero vientres pesando de 80 a 90 kilos, que producían vellones de ocho a nueve kilos de lana, señalando el 120%”.
En un momento, a un productor se le consultó “cuánto llovía en el predio. Nos contestó que al año llueve 600 milímetros –en otras zonas de Australia es más y en otras, menos, debido a su extensión–. Lo primero que atinamos a decirle es ‘qué suerte que llueve tan poco’, por lo que significa el agua para las ovejas. Él nos preguntó rápidamente cuánto nos llovía a nosotros y al responderle que por encima de los 1.500 milímetros, nos dijo: ‘los que tienen suerte son ustedes’”.
Con esto, Fierro expresa “cómo, ante el mismo problema, se puede ver diferente. Para él es una ventaja porque nosotros tenemos comida de sobra y él tenía que hacer reservas”.
MAYORES INVERSIONES
Explicó que en esos países se hace mayor inversión en infraestructura predial, con menos personal. “Tienen menos personal que en Uruguay; trabaja la familia y el resto a través de la mecanización, que es similar a la que ha llegado a Uruguay en este último año”, dijo el técnico. Citó como ejemplo que “no nos hacían demostraciones con perros, porque para ellos la utilización de perros de trabajo no les parece novedoso”.
“Para ellos, el énfasis estás en darles de comer bien a los animales o combatir algunas enfermedades. Por ejemplo, tienen muy controlado el pietín y como hay zonas en donde prácticamente no llueve, no tienen problemas, pero a su vez tienen otras enfermedades reproductivas que acá no tenemos”, dijo Sergio Fierro.-
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