sábado, 5 de septiembre de 2015

FAO: La agricultura debe adaptarse al clima para garantizar el suministro de alimentos

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La agricultura afronta el reto de aumentar su productividad para garantizar la alimentación de una población creciente, de modo sostenible, pero necesita adaptarse desde el punto de vista tecnológico, político y agrario para resistir los efectos perniciosos del cambio climático.
Así lo plantea el estudio “Clima extremo y resistencia del sistema alimentario mundial”, elaborado por el “UK-US Taskforce on Extreme Weather and Global Food System, Resilience”.
Se trata de un equipo de expertos de Reino Unido y Estados Unidos cuyo objetivo fue examinar los riesgos del clima extremo en el sistema alimentario mundial, así como las consecuencias de las respuestas políticas y de mercado ante las crisis de producción derivadas de eventos como grandes sequías o inundaciones, entre otros.
Clima y cambios
Según recuerda en el informe el representante especial del secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido para el cambio climático, David King, “sabemos que el clima está cambiando” y sus efectos “están teniendo un gran impacto en la población, en su capacidad para vivir y alimentar a sus familias”.
Entre las conclusiones, el estudio plantea que es necesario adaptar la agricultura a los cambios del clima, elevando la productividad, recortando la brecha entre los rendimientos actuales y los alcanzables y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental.
Y resalta que eso “requiere una significativa inversión pública y privada, así como una colaboración entre científicos, agricultores, especialistas en agua y medioambiente, proveedores de tecnología y políticos”, entre otros.
Comprender mejor a qué riesgos se enfrentan los agricultores y cómo coordinar mejor su gestión son otras de las recomendaciones de este grupo de expertos, que también resalta la necesidad de mejorar el funcionamiento de los mercados internacionales y la resistencia de las naciones a las crisis de precios de materias primas agrícolas. El último informe de la ONU sobre proyecciones de población mundial estima que en 2030 habrá 8.501 millones de personas, que se incrementarán a 9.725 en 2050 y a 11.213 en 2100.
Demanda alimentaria disparada para 2050
Un escenario sobre el que la FAO alerta: en 2050 la demanda de alimentos aumentará un 60% por encima de los niveles actuales.
El estudio de la UK-US Taskforce precisa, en este sentido, que las producciones más importantes —maíz, soja, trigo y arroz— se concentran en un número pequeño de países, por lo que los daños por eventos extremos derivados del cambio climático pueden provocar una carencia de materia prima que desencadene crisis de precios de los alimentos; algo que ya sucedió en 2008 y 2010.
El Foro Económico Mundial, en su informe de “Riesgos globales 2015?, sitúa la disponibilidad de agua entre las principales amenazas en términos de impacto sobre la población y la falta de adaptación al cambio climático entre las que más importantes en términos de probabilidad.
Como se reflexiona en el texto: si el tiempo se vuelve extremo, los cultivos que no puedan adaptarse desaparecerán y, con ello, la fuente de alimentación y desarrollo de la población. Las empresas de innovación y tecnología trabajan para descubrir soluciones capaces de ayudar a los agricultores a hacer frente a dichos desafíos.
Desde Monsanto, fuentes de la compañía citan proyectos como WEMA (Water Efficient Maize for Africa) o AquaTEK que apuntan a soluciones relacionadas con cultivos resistentes al estrés hídrico, a las plagas y a la gestión eficaz del regadío, que ponen como ejemplo de la unión entre tecnología y sector para afrontar la pérdida de productividad y la vulnerabilidad ante el clima.

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