Las campañas de vacunación que el Senasa viene implementando buscan homogeneizar los niveles de protección en las poblaciones porcinas, por ello, es sumamente importante que hayan incluido las crianzas de traspatio
Introducción
La peste porcina clásica o cólera porcino es una enfermedad endémica en Perú, así lo demuestran los reportes de la autoridad veterinaria oficial Senasa que consignan 40 casos para el año 2012, 69 casos el 2013 y 21 casos hasta octubre del 2014 (Tabla 1 y Fig. 1).
Actualmente, se vienen haciendo importantes esfuerzos para su control y erradicación a través del proyecto de sanidad porcina que el Senasa ejecuta, por tanto conviene realizar un breve análisis de sus factores de riesgo.
Capacidad del agente
La enfermedad se produce por la infección del virus de la peste porcina clásica (VPPC), un miembro del gen Pestivirus y la familia Flaviviridae. Se ha encontrado un solo serotipo del VPPC, pero se ha demostrado menor variabilidad antigénica entre las cepas virales, ello explica por qué el uso tradicional de la cepa china en la elaboración de vacunas es exitoso.
El virus es moderadamente frágil en el medio ambiente, se ha informado que puede sobrevivir durante 3 días a 50 °C, y de 7 a 15 días a 37 °C en temperaturas invernales se podría conservar hasta por 4 semanas. En tocino puede permanecer activo por 27 días, en carne refrigerada hasta 3 meses, y en carne congelada se reportan hasta 1,500 días. En este ambiente proteico, el virus no parece inactivarse por el proceso de curado con sal o humo. Los tiempos de supervivencia del virus, en carnes curadas o ahumadas varían según la técnica, y están entre un rango muy amplio – por ejemplo – 250 días para el jamón ibérico, a los 140 y 126 para el jamón serrano y el lomo ibérico respectivamente. Persiste 3–4 días en órganos en descomposición y 15 días en sangre descompuesta y médula ósea.
En cocción algunas cepas pueden ser parcialmente resistentes a 56°C; a 65°C se inactiva en 30 minutos; a 71°C se inactiva en solo 1 minuto. Estable a pH entre 5-10. Rápidamente, inactivado a pH menor de 3.0 o mayor de 11.0.
Susceptible al éter, cloroformo, ß-propiolactona (0.4%). Inactivado por desinfectantes hipoclorito (2%), creso (5%), hidróxido de sodio (2%), formalina (1%), carbonato de sodio (4% anhidro o 10% cristalizado, con 0.1% de detergente), detergentes iónicos y no iónicos, y yodóforos fuertes (1%) en ácido fosfórico.
Vulnerabilidad del hospedero
Los lechones son más susceptibles que los cerdos jóvenes y adultos; sin embargo, todos resultan afectados mientras no hayan recibido vacunación preventiva. En piaras vacunadas dependerá del nivel de inmunidad alcanzado en la población. La inmunidad depende principalmente de la calidad de la vacuna al momento de su aplicación, y de las condiciones de salud y alimentación del cerdo vacunado, de modo que exista una buena respuesta inmune que confiera protección.
Incubación
El período de incubación va desde 2 hasta 14 días, dependiendo de la virulencia de la cepa, la vía de inoculación y la dosis, la susceptibilidad del animal infectado y la presencia de otros agentes concomitantes. En condiciones de campo, es posible que la enfermedad no sea evidente en una piara, por 2 a 4 semanas o más.
Condiciones del ambiente (entorno)
Sobre el entorno y su influencia en la ocurrencia de la enfermedad, se deben considerar las siguientes condiciones:
• Presencia de crianzas de cerdos a distancia menores de 1 km
• Plagas:
◊ Insectos
◊ Aves silvestres
◊ Roedores
• Operaciones:
◊ Ingreso de unidades móviles
◊ Ingreso de personas
◊ Ingreso de equipos y otros
◊ Ingreso de insumos
◊ Ingreso de alimentos
• Alimento contaminado
Transmisión
La enfermedad es altamente contagiosa. Los cerdos infectados son los únicos reservorios del virus. La sangre, secreciones y excreciones (oral, nasal, lacrimal, orina, heces y semen), y los tejidos de cerdos infectados contienen el virus. La eliminación del virus puede comenzar antes de presentarse los signos clínicos, y ocurre durante el período agudo o asintomático de la enfermedad. Los cerdos infectados de manera crónica o persistente pueden expulsar el virus durante meses, de manera continua o intermitente.
La transmisión entre cerdos, se produce principalmente por vía oral u oronasal, por contacto directo o indirecto. El VPPC se propaga con frecuencia alimentando a los cerdos con desechos crudos contaminados. Los animales también pueden infectarse a través de las membranas mucosas, conjuntiva y abrasiones cutáneas. El VPPC puede propagarse por transmisión genital o inseminación artificial. Las cerdas portadoras pueden parir lechones infectados persistentemente. El virus también puede propagarse en fómites, mecánicamente por insectos, o por aves y otros animales silvestres o domesticados. Aparentemente, la transmisión aerógena es posible en distancias cortas; sin embargo, no está claro la distancia máxima en la que el virus puede propagarse. Aunque, en un estudio la transmisión aerógena se produjo solo en un radio de 250 metros, en otro se produjo hasta en 1 km.
Población y tipos de crianza de cerdos en Perú
La población porcina en el Perú por muchos años estuvo muy estable, debido a las resistencias para su consumo y la capacidad adquisitiva de los consumidores; sin embargo, en recientes años se viene incrementando de modo interesante. Para el año 2010, se reportó una población aproximada de 3.254 millones de cerdos en el Perú. Lima, Huánuco, Cajamarca y Cusco son los departamentos con mayor población en ese orden (Tabla 2).
Producción de traspatio: Dirigida generalmente al autoconsumo, ubicada mayoritariamente en la sierra y selva, las buenas prácticas de crianza y bioseguridad son muy pobres o inexistentes.
Producción semi intensiva: Caracterizada por la pobre tecnología, bioseguridad y eficiencia, así como calidad de producto; ubicada principalmente en la costa. Esta producción provee a mercados e industrias semiformales o informales.
Producción intensiva: Ubicada sobre todo en los departamentos de Lima, La Libertad, Lambayeque, Ica, San Martín y Arequipa. Se caracteriza por alta productividad y eficiencia, y niveles variables de bioseguridad, desde aquellos con buenos estándares hasta aquellos que resultan vulnerables por tener nivel insuficiente. Abastece a las cadenas de supermercados, mercados distritales y principalmente a la industria de embutidos.
Conviene hacer un comentario acerca del concepto de bioseguridad zonal que consiste en las medidas que implementa la explotación por sí misma y las que realiza en coordinación con sus vecinos cercanos. Esta práctica exige un alto nivel de conciencia sanitaria y del manejo del riesgo.
Movimiento de cerdos en Perú
La producción de carne resulta un dato importante para asociarlo con el consumo regional, donde observamos que Lima es el principal productor de carne (Tabla 3) seguido de Huánuco y La Libertad.
Si una región produce más carne de cerdo que lo que su población animal local provee, significa que ingresan cerdos de otras regiones; esto es importante como dato, pues el riesgo a nivel regional o departamental está asociado al movimiento de los cerdos entre las regiones. Para un análisis sencillo, se propone un indicador práctico que es comparar a través del cociente entre la producción de carne de cerdo en toneladas y la población animal, con ello obtenemos la razón kg de cerdo por cerdo criado.
El valor a nivel nacional es de 35.56 kg, el cual está influenciado por el faenado de lechones y de cerdos desmedrados, que tienen pesos mucho menores que el peso de mercado que va de 60 kilos a más por carcasa; sin embargo, este sesgo se aplica a todas las regiones. La comparación de este cociente a nivel departamental nos da valores que van desde 5.9 para Ancash, hasta 113.46 para Lima. Al comparar cada uno de estos valores con el valor estándar nacional, estamos estimando el número de cerdos que se faena por cada cerdo que se cría, y obtenemos un indicador de presión de consumo y movimiento (Tabla 4).
La lectura epidemiológica da como resultado que en los departamentos con valores de Faenado/criado mayores de 1, la producción de carne de cerdo sea mayor que lo que se cría, por lo tanto hay predominio del ingreso de cerdos. Por el contrario, los departamentos con valores menores de 1 implican que la producción de carne de cerdo es menor que lo que se cría, por lo tanto hay predominio de salida de cerdos hacia otros departamentos. Así, tenemos que en Lima, Ica, La Libertad, Arequipa y Piura predomina el ingreso de cerdos, y en el resto de departamentos predomina la salida o extracción.
Analizando la comparación entre los datos de los departamentos que tuvieron casos de PPC (hasta octubre) el año 2014, todos los departamentos con valor de faenado/criado mayor que 1 tuvieron ocurrencia. Por otro lado, los departamentos de Ayacucho y Cajamarca, a pesar de tener valores menores que 1 tuvieron casos; ésto se podría explicar por la población expuesta que tienen. Bajo estas premisas, la estrategia de vigilancia dirigida por riesgo se podría concentrar en los departamentos que tuvieron ocurrencia, además de Huánuco, Cusco, Huancavelica, Apurímac y San Martín.
Faenado en lugares no oficiales
El año 1994, el grupo de cisticercosis de Perú publicó un trabajo con datos de años anteriores, evaluando la comercialización de cerdos con cisticercosis en la sierra central y propuso que un 65% de los cerdos que se comercializan no tenían una fuente oficial en la cadena de control sanitario, es decir sin inspección ni supervisión.
Estos datos, 20 años después deben haber variado. Sin embargo, la práctica de faenado clandestino aún persiste y la presencia de cisticercosis constituye una de las razones para esta clandestinidad. Es posible que casos de peste porcina clásica se orienten hacia estos lugares de faenado clandestino, contribuyendo a la subnotificación.
Vacunación y control oficial
La práctica de vacunación contra la Peste Porcina Clásica está muy arraigada en las explotaciones intensivas o tecnificadas y semi intensivas o semitecnificadas, incluso los pequeños productores de traspatio saben que protege. Sin embargo, éstos no cuentan con el acceso frecuente a la vacuna o servicio de vacunación.
Las campañas de vacunación que el Senasa viene implementando, buscan homogenizar los niveles de protección en las poblaciones porcinas; por ello, es sumamente importante que hayan incluido las crianzas de traspatio. Se utiliza la vacuna tradicional elaborada con cepa china.
Las actividades de fiscalización para la autorización y registro de granjas, así como del movimiento de cerdos para su comercialización, son componentes críticos del proyecto porcino, el cual cuenta además con el apoyo de la Asociación Peruana de Porcicultores. Esto representa un gran desafío dadas las características del actual sistema sanitario porcino nacional.
Factores de riesgo identificados
• El virus de la Peste Porcina Clásica está circulando en el Perú en varios departamentos.
• El agente tiene conocida capacidad de resistencia al medio ambiente, supervivencia en carne y productos cárnicos que obliga a controlar el uso de desperdicios en la alimentación de los cerdos.
• Las condiciones de bioseguridad adecuadas son efectivas en la prevención del ingreso del virus, iniciando con el aislamiento de la explotación porcina. Incluye la bioseguridad zonal.
• Existen explotaciones porcinas tecnificadas que aún no alcanzan el nivel de bioseguridad suficiente que las hace vulnerables al ingreso del agente.
• Los departamentos que tienen predominio de ingreso de cerdos, registro de ocurrencia y mayor población generando mayor riesgo son Lima, Piura, Ayacucho, Cajamarca, Ica, La Libertad, Arequipa, Lambayeque, Huánuco, Cusco, Huancavelica, Apurímac y San Martín.
• Existe faneado clandestino en niveles actuales desconocidos que implican riesgo de subnotificación.
• La campaña oficial de vacunación y las intervenciones de autorización y control de movilización, son puntos críticos en el proceso de control de la enfermedad en el país, lo cual tiene aun camino por recorrer.
Comentarios finales
Según el Dr. J.M. Sánchez-Vizcaíno, algunos de los errores en los cuales habitualmente incurren los países con presencia endémica de la enfermedad y con programas de control son los siguientes:
• Ausencia de un programa establecido. Basar exclusivamente el control de la enfermedad en la vacunación esporádica, en la mayoría de los casos con programas de vacunación mal establecidos.
• Ausencia de colaboración e implicación de los productores.
• Desconocimiento parcial o total del censo de animales y de la incidencia real de la enfermedad.
• Celebración de los éxitos de reducción de la enfermedad clínica tras las primeras vacunaciones. Confusión entre la reducción de la enfermedad clínica y la eliminación del virus.
• Desconocimiento de las cualidades de las vacunas utilizadas (duración de la inmunidad, persistencia en amígdalas). Programas de vacunación incorrectos y no persistentes.
• Ausencia total de bioseguridad en transporte y explotaciones.
• Falta o incumplimiento de legislación.
• Convivencia normal con la enfermedad.
Con una evaluación periódica y retroalimentación participativa, conjuntamente con todos los actores representados en una mesa de trabajo técnico, se pueden ir haciendo las mejoras que los hechos y resultados van demandando y que el sector productivo asuma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.