Se convierte en una opción de probar distintos productos derivados de la leche
La leche de cabra va ganado peso poco a poco, pese al desconocimiento general que hay sobre sus propiedades saludables y como alternativa a la tradicional de vaca. Si hace poco era la industria la que apostaba por ella para los alimentos de los bebés, ahora se va introduciendo lentamente en el sector de los helados. Una innovación que provoca una aceptación y un rechazo casi al 50% no tanto por el sabor, sino por la falta de costumbre de su consumo. Sin embargo, pese a este panorama, estos helados se presentan como una alternativa más para el sector, que espera que alguna empresa dé el paso decisivo y apueste por generalizar su consumo.
Y es que, pese a que España es la primera productora europea en leche de cabra, la iniciativa no ha venido de tierras nacionales, sino de Sudamérica, donde un empresario, consciente de que, pese a un generalizado desconocimiento, cada vez más personas se animan a probar distintos productos derivados de la leche de cabra, ha optado por poner en el mercado esta especialidad.
Reconoce que “el interés es del 50-50 porque la gente que se interesa mucho es la que conoce las propiedades de la leche de cabra. El 50% rechaza por la ignorancia; ni siquiera lo han probado”, aunque insiste en que, a diferencia de la leche de vaca, la de cabra, tiene mucha sotras propiedades saludables, como el bajo colesterol, el alto nivel de hierro, el alto poder de digestibilidad, la prevención de la osteoporosis, los bajos niveles de lactosa; además de que posee 47 veces más calcio que la leche de vaca y que proporciona todos los aminóacidos esenciales para el organismo.
El primer paso, el más difícil, ya está dado. Ahora sólo hace falta que se España se den otros más y se pueda no solo implantar esta apuesta, sino generalizarla.
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