Las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) continúan stand by y todo el proceso de enlentecimiento que signa la relación entre ambos bloques colocan un manto de duda sobre cuál será, finalmente, el fin de la historia.
En ese escenario, llega un cambio de gobierno en Uruguay y en algunos sectores se piensa que las cosas pueden empezar a moverse. En ese sentido, empresarios europeos sostienen que Uruguay debería avanzar en solitario —si la negociación sigue dilatándose— y firmar un acuerdo directo con la UE. En el gobierno electo, la idea que se maneja es la de avanzar como bloque, pero si la negociación se tranca o demora, se inclinaría por el camino del “mano a mano” con la UE, según supo El País.
Paul Riezler es el presidente de la Eurocámara Uruguay y también preside la Cámara de Comercio e Industria Uruguayo-Alemana y por su actividad ya mantuvo algún contacto con el gobierno entrante.
Riezler es escéptico con el funcionamiento del Mercosur como bloque comercial y cree que “no existe” (ver entrevista). Es consciente de todos los beneficios que traería la firma de un acuerdo con la UE y ante esa importancia cree que “Uruguay perdió el tiempo”.
Riezler sostiene que es una excusa que la única posibilidad de firmar un TLC con la UE sea a nivel de “bloque a bloque”. “Lo que se dice es eso, que la UE negocia con bloques; pero resulta que la UE negoció acuerdos con Chile, México, Colombia, Perú. Entonces, los hechos demuestran que Europa en teoría dice que no firma, pero en la práctica lo hace”, dijo Riezler a El País. “Honestamente, se perdió el tiempo. ¿Sí esos países lo hicieron, por qué no lo puede hacer Uruguay?”, añadió.
Las complicaciones para el cierre del acuerdo son de negociación con la UE, pero también internas del Mercosur.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha sido uno de los que menos disposición mostró en los últimos tiempos para acercarse a la UE. Han sido Brasil, Uruguay y Paraguay los que mayor interés demostraron en el acuerdo comercial.
“O Uruguay lo hace a través del Mercosur o lo tiene que hacer solo. Pero no dentro de tres años, el momento es ahora. El país no puede perder más tiempo”, dijo Riezler.
En la negociación entre los dos bloques, Uruguay se ha colocado detrás de Brasil y acompañado las propuestas del gobierno norteño. Para Riezler, a veces esa estrategia es correcta: ponerse detrás del “hermano mayor”, para que sea él quien se defiende y recibe los golpes.
“Pero en algún momento hay que madurar: o lo hacemos con ellos o lo hacemos solos”, sostuvo.
El empresario sabe que una firma bilateral entre Uruguay y la UE le podría traer al país inconvenientes con sus socios del Mercosur. Pero entiende que esos problemas se deberán resolver “políticamente”. Avanzar en el acuerdo directo es mucho más importante que los “bueno o malos” negocios que se puedan desarrollar con Argentina, expresó.
Ese cambio de estrategia comercial debería llegar con la asunción del próximo gobierno. En ese sentido, Riezler dijo que “veo al gobierno muy firme y decidido a dar los pasos correspondiente dentro del Mercosur. Pero si no ve que rápidamente pasa algo creo que la visión del gobierno es decir: bueno si no vamos todos juntos, vamos a tener que ir solos”.
A fines de julio del año pasado, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Venezuela no participa de la negociación) acordaron finalmente una oferta única para negociar el TLC con los países europeos. Y allí se ingresó en una etapa que consiste en el intercambio de las propuestas comerciales para que se pueda avanzar.
En noviembre, asumieron las nuevas autoridades de la Comisión Europea y allí se aguardó por conocer el cronograma de fechas para el intercambio de las ofertas. Pero aún no se produjeron avances.
Un poco antes, a principios de septiembre, el director de Integración y Mercosur del Ministerio de Relaciones Exteriores, Álvaro Ons, advirtió que si no se concretaba un compromiso para el intercambio de ofertas no era posible ser optimista, respecto a que el acuerdo entre los bloques pueda cerrarse a corto plazo.
Tras una suspensión de seis años, la UE y el Mercosur retomaron en 2010 las negociaciones para cerrar un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques, e incluso se había encaminado el intercambio de ofertas para diciembre de 2013.
Pero las medidas proteccionistas adoptadas por el gobierno argentino para defender su industria local y frenar las importaciones —denunciadas por Estados Unidos y la UE ante la Organización Mundial del Comercio (OMC)— se convirtieron en un obstáculo.
Uno de los temores que tenía el gobierno argentino era ser desplazado comercialmente del mercado brasileño, ante la llegada de productos más competitivos desde Europa y por ese motivo no mostró mucha disposición para acompañar al resto del Mercosur.
Cancillería.
Riezler y los empresarios europeos también esperan una reorientación del perfil de la Cancillería uruguaya y están confiados que así ocurrirá a partir de la asunción de Tabaré Vázquez y su gabinete.
“Tuve ciertos comentarios de que se van a mantener embajadas importantes políticamente, pero que va a haber un fuerte cambio en la Cancillería orientado hacia una profesionalización”, dijo Riezler.
Ante eso, los empresarios europeos le piden al gobierno que haya más oficinas comerciales en el mundo y menos embajadores políticos. “Uruguay tiene una embajada en Austria. ¿Qué beneficios obtiene? Austria jamás pasó el millón de dólares de compras a Uruguay. Esa embajada debería transformarse en una oficina comercial”, afirmó Riezler.
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