martes, 3 de febrero de 2015

CHUCK VERSUS MONSANTO


Si esta novedad participara del universo de la ficción, nadie sospecharía acerca de quién ganaría la pulseada. Empero, sin guiones ni dobles de riesgo, puede que el Chuck Norris corra en desventaja. No es para menos: el otrora karateka y militar, devoto cristiano y republicano, protagonista de memorables memes y cantidad de films de acción, […]
Si esta novedad participara del universo de la ficción, nadie sospecharía acerca de quién ganaría la pulseada. Empero, sin guiones ni dobles de riesgo, puede que el Chuck Norris corra en desventaja. No es para menos: el otrora karateka y militar, devoto cristiano y republicano, protagonista de memorables memes y cantidad de films de acción, ha salido al cruce de una verdadera máquina del mal llamada Monsanto.
Y, contrariamente a lo que podría imaginarse, no se ha valido de sus músculos de acero para poner de bruces a la transnacional. Oh, no: a sus 74 años, Chuck ha recurrido a la pluma y, en un embiste de conciencia verde, ofreció contundentes argumentos para subrayar algunos peligros de la nefasta agroquímica. Así, en una reciente columna del sitio de noticias WND, el ex Delta Force y –por siempre– Walker Texas Ranger puso el gancho y las letras pertinentes, inquietado por el peligro que corre la salud de personas, plantas y animales por “el glifosato, ingrediente activo de Roundup, de Monsanto, el herbicida más vendido del planeta”.
A cantar de la referenciada estrella, un estudio del MIT, en 2013, descubrió que el residuo en agua y comida de tal componente conlleva “riesgos gastrointestinales, obesidad, diabetes, problemas del corazón, depresión, autismo, infertilidad, cáncer y Alzheimer”. “Considerando que se trata de una investigación realizada por una de las instituciones académicas líderes en nuestro país, uno pensaría que no puede ser fácilmente desestimada. Aparentemente, sí lo es”, continuó el impensado ecologista, indignado además porque el gobierno se base en datos proporcionados por la misma empresa y considere los riesgos “insignificantes”. Lo concreto: a la espera de respuestas oficiales, Chuck continúa ejercitando el arte milenario de la paciencia zen, entre pasos mágicos de Tang Soo Do, Hapkido y Taekwondo, y mucha lechuga orgánica. Mister T, un poroto.

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