El agro se desvinculó del dólar “blue”

Una verdadera estampida de declaraciones de técnicos y dirigentes del campo se produjo en los últimos días para desmentir la posibilidad de fuera válida la sospecha acerca de que el agro tenía injerencia en el alza abrupta del dólar marginal o “blue”.

En este sentido, Horacio Salaverri, quien además de presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), es contador, fue categórico al afirmar a esta columnista que esa versión “no tiene asidero”.

“Todo el circuito de venta de soja se hace a través de pesos mientras que para especular se necesita el billete de dólar físico, en mano; en cambio el productor vende y se le convierte la moneda norteamericana a 3,20 pesos por unidad”, señaló al insistir con la imposibilidad de que el agro se involucre en una operación cambiaria de esa naturaleza.

Por otra parte, un dato que no debería pasar inadvertido en la búsqueda de responsables de la escalada del dólar “blue” es que los exportadores ya liquidaron parte de las retenciones y no tienen más soja para generar un mayor ingreso de dólares.

“Esta campaña, tras una sequía e inundaciones, se vio disminuida en sus pronósticos de un rendimiento de 53 millones a 48 millones de toneladas y eso también se va a sentir”, explicó Salaverri.

Además las “ventas al exterior de granos del primer trimestre del 2013 son superiores a las de 2012 y 2011, con lo cual no se le puede arrogar al sector una menor liquidación de sus granos”.

Para Salaverri, la evolución del dólar “blue”, está mucho más atada a diversos factores vinculados con la confianza que pueda generar el Gobierno con su política económica que al accionar de algún sector en particular.

“Entonces se puede decir que el productor no ve ni toca ninguno de los dólares que andan dando vuelta por la city porteña”, manifestó el presidente de CARBAP.

El otro tema que copó las declaraciones estuvo dirigido a despejar la incógnita de si el productor va a vender la soja de la nueva campaña 2012-2013, de la cual se ha cosechado hasta el momento, muy poco, un cinco por ciento de toda el área disponible nacional.

Salaverri sostuvo que como remanente habrá un millón doscientas mil toneladas aún guardadas y que de la trilla nueva, cuando ingrese, se “va a vender casi un 40 por ciento de forma instantánea para pagar los gastos”.

Todos los años, especialistas calculan cuál puede ser el porcentaje de compromiso por deudas de los productores para pagar insumos, gastos de recolección, que tendrá la cosecha de soja que llega a los exportadores en el otoño.

El Gobierno se interesa por los dólares que provienen del agro. Es la época del maíz y de la soja. Del cereal ya se cosechó el 14,5 por ciento del área apta, es decir 530 mil hectáreas, con un volumen en chacra mayor a los 4,1 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Para Rubén Ferrero, titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las voces que se escuchó al respecto, el dólar “blue” hace que las retenciones reales superen el 50 por ciento y no sean del 35 por ciento en el caso de la soja.

Por lo tanto, como expresó Ernesto Ambrosseti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), al campo no le conviene que se escape el dólar y “nadie tiene soja para vender”.

El titular de la SRA, Luis Miguel Etchevehere fue dramático en sus afirmaciones: “La soja vieja no está. Se esperaban 50 millones de toneladas el año pasado, de las cuales se cosecharon 40 por cuestiones climáticas. Y a fin de año quedaba un millón y medio que estaba en manos de cooperativas. Y la nueva todavía no está; hay que cosecharla”, manifestó.

La Federación Agraria Argentina prefirió pedir al oficialismo que no presione a los chacareros, tendencia que existe en este Gobierno, a juicio de los federados, para “tratar de resolver, infructuosamente, según demuestra la realidad, todos los problemas financieros y económicos”.

El futuro marca que cuando ingrese el grueso de la cosecha de soja unos 19 millones de toneladas serán liquidadas casi de inmediato.