El sector del aguacate de Nueva Zelanda está sufriendo robos a gran escala mientras los asaltantes de las fincas intentan sacar provecho de los altos rendimientos de la fruta, pero los productores se están defendiendo. Dave Flett es parte de un grupo de interesados de la policía y las zonas rurales, y dice que los robos de aguacates comenzaron siendo pequeños, con robos de algunos dólares y bolsas. "Pero ahora están completamente fuera de control. En un tiempo limitado, pueden llevarse miles de aguacates con bastante facilidad", dijo Flett a TVNZ1. Una caja de aguacates vale por lo menos 200$.
David Stewart, de The Fresh Market, dice que recibe llamadas telefónicas de vez en cuando ofreciéndole la compra de aguacates. "Otros días me ofrecen espárragos. La temporada tiene apenas unas pocas semanas y ya han desaparecido frutos. Se necesitan cámaras como las que hay en las tiendas. La seguridad es lo más importante ahora".
Hace dieciséis años, Dianne y su familia plantaron aguacates y ahora, cuando deberían estar recogiendo las recompensas, en cambio están contando los costes. "Redondeando para abajo, cada año sufrimos robos de cinco mil dólares de fruta".
"Todo comenzó con los aguacates. Fuimos los primeros en el grupo de horticultores. Pero podrían ser cebollas o espárragos. Podría ser cualquier fruta", expresó Flett.
A un productor le pareció que su finca había cambiado, y 24 horas después tenía algunas buenas fotos de un par de ladrones a las 10.30 de la mañana de un domingo. Mientras tanto, una cámara de vigilancia que normalmente se usa en el sector de la construcción está siendo rastreada en la propiedad de Dianne. Los tiempos cambian con el aumento de robos, pero también la tecnología.
"Supongo que este mensaje es importante para cualquiera en el sector: si el producto es demasiado caro, intentarán robarlo", concluyó Flett.
David Stewart, de The Fresh Market, dice que recibe llamadas telefónicas de vez en cuando ofreciéndole la compra de aguacates. "Otros días me ofrecen espárragos. La temporada tiene apenas unas pocas semanas y ya han desaparecido frutos. Se necesitan cámaras como las que hay en las tiendas. La seguridad es lo más importante ahora".
Hace dieciséis años, Dianne y su familia plantaron aguacates y ahora, cuando deberían estar recogiendo las recompensas, en cambio están contando los costes. "Redondeando para abajo, cada año sufrimos robos de cinco mil dólares de fruta".
"Todo comenzó con los aguacates. Fuimos los primeros en el grupo de horticultores. Pero podrían ser cebollas o espárragos. Podría ser cualquier fruta", expresó Flett.
A un productor le pareció que su finca había cambiado, y 24 horas después tenía algunas buenas fotos de un par de ladrones a las 10.30 de la mañana de un domingo. Mientras tanto, una cámara de vigilancia que normalmente se usa en el sector de la construcción está siendo rastreada en la propiedad de Dianne. Los tiempos cambian con el aumento de robos, pero también la tecnología.
"Supongo que este mensaje es importante para cualquiera en el sector: si el producto es demasiado caro, intentarán robarlo", concluyó Flett.
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