La paciencia oriental a la que aludíamos en nuestro anterior informe comienza a rendir sus frutos. Las cotizaciones de los principales granos comienzan a ser más amigables en el nivel internacional, en la medida en que las tremendas bajas verificadas por la llamada guerra comercial desatada por Donald Trump parecen haber sido suficientes y hay algunos indicios de negociaciones saludables.
En un contexto en el cual mencionar a Chicago como la plaza de referencia puede ser discutible, lo importante es tratar de vislumbrar la visión más adecuada para el productor argentino en las actuales circunstancias. En el caso de la soja, y bajo la hipótesis de que el presidente Mauricio Macri cumpla con el esquema pautado en materia de las llamadas “retenciones”, el horizonte es bueno.
La mercadería disponible es escasa para imaginar un escenario tranquilo en el empalme con la nueva cosecha y el escenario para 2019 dependerá de un eventual acuerdo entre EE.UU. y China. Si lo hay, las cotizaciones en Chicago recuperarán parte de lo perdido y cambiará la “señal” (una buena parte de las bajas no respondieron a los fundamentos del mercado), y si no lo hay, la soja argentina puede verse beneficiada por su mayor competitividad. De hecho, las bajas del FOB argentino no acompañaron en toda su dimensión las bajas del FOB Golfo durante el traumático período junio/julio.
En el caso del maíz, visualizamos un último trimestre extremadamente ajustado en el nivel doméstico. Los excedentes exportables no son muchos y el consumo interno continúa creciendo.
En el caso del trigo, la historia es algo distinta y plena de novedades. El contexto global mostraba hasta hace pocos días un nivel de reservas proyectado muy cómodo y los cultivos en nuestro país se mostraban y se muestran saludables. Ello, en un contexto de un volumen de ventas forward récord.
Así las cosas, efectivizar coberturas para quienes sí o sí deben vender en plena cosecha era la consigna. Los 190/200 dólares para diciembre/enero no se podían ni se debían despreciar. Pero en la última semana se han generado noticias que han entonado la plaza triguera internacional.
Mientras en Australia (hemisferio sur) la falta de lluvias plantea dudas sobre la potencial producción de un importante exportador, en Rusia (hemisferio norte y en plena cosecha) los rindes que se van reportando son “decepcionantes” y superan las peores expectativas que venía manejando el mercado.
Teniendo en cuenta que se trata del principal exportador mundial, la noticia tuvo un impacto muy alcista en el plano internacional. Así, se escuchan rumores varios (“¿retenciones?”) y algunos hablan del cierre de exportaciones hasta que esa nación tenga seguridad de poder abastecer en tiempo y forma su mercado interno.
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