sábado, 28 de julio de 2018

The Impossible burger: por qué esto no es una hamburguesa


Veggies y exigentes, la última apuesta de Air New Zealand es la incorporación de una hamburguesa de origen 100% vegetal que imita las características organolépticas de la carne vacuna
Los veggies que viajen por Air New Zealand van a tener que aprender una nueva frase maorí: ¡Pai Pai! o buen provecho.  La compañía de bandera de Nueva Zelanda incorporó la Impossible Burger (la hamburguesa imposible) al menú de su clase Business Premier. Se trata de un alimento 100% vegetal que imita en apariencia, textura, sabor y aroma de un medallón de carne tradicional y que, solamente en los Estados Unidos, ya se consume en 2.500 restaurantes.
“Nos comprometemos a ofrecer a nuestros clientes un enfoque fresco e innovador de la cocina. Estamos increíblemente entusiasmados con la asociación con Impossible Foods y con la oportunidad de brindarles a nuestros pasajeros que viajan a Nueva Zelanda en Business Premier una experiencia completa y placentera”, aseguró Niki Chave, Manager del área de Experiencia del cliente a bordo de Air New Zealand. Aunque en esta fase inicial la Impossible Burger sólo se ofrece  en los vuelos NZ1 y NZ5 de Los Ángeles a Auckland hasta finales de octubre, esta se trata de la última apuesta de la aerolínea por sumarle innovación a una propuesta gastronómica que cuenta con el sello, entre otros cocineros,  Peter Gordon y Michael Meredith.
¿Pero cómo elabora Impossible Foods estás hamburguesas que  huelen, saben y se ven como carne y sin embargo son totalmente vegetarianas? Con el objetivo de contribuir a revertir el cambio climático, está start up radicada en Silicon Valley decidió atacar una de las actividades humanas con mayor impacto negativo en el medio ambiente: la producción de animales para el sector agropecuario, señalada como uno de los causantes del efecto invernadero y el calentamiento global. Para esto, desarrollaron una tecnología que permitiera identificar ingredientes vegetales que pueden ser usados para reproducir las texturas complejas, sabores y la apariencia de distintos productos de origen animal desde la carne vacuna hasta huevos y pescado.
Así, su primer producto fue la Impossible Burger, que está hecha casi en su totalidad a base de ingredientes como trigo, maíz, soja, coco y papas. Sin embargo, el ingrediente principal es el, poco conocido por estas latitudes, hemo: una molécula que contiene hierro y que le da a la carne su carácter sanguinolento tan particular cuando está cruda.  Aunque no es fácil de conseguir, la soja produce una proteína similar, en términos de funcionamiento, a la fuente de hemo en la carne (mioglobina), la leghemogloblina. Pero incluso después de este descubrimiento la empresa todavía tenía que superar otro desafío: al producirse en las raíces de la planta de soja, la extracción de esta proteína era igualmente cara y nociva para el medio ambiente, así que Impossible Foods optó por crear una especie de levadura que generara las condiciones aptas para su producción, imitando el procedimiento a través del que  se elabora, por ejemplo, la cerveza belga.
Según la start up estadounidense, al ser producida con leghemoglobina como sustituto de la carne vacuna, la Impossible Burger requiere  un 95% menos de tierra (dedicada al pastoreo de las vacas), genera una reducción del 87% de gases que causan el efecto invernadero y consume un 75% menos de agua.

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