Las técnicas de reproducción asistida como la inseminación artificial, la producción de embriones, in vitro, iones, transgénicos, y demás, han marcado una evolución tecnológica sin precedentes en Colombia, además, de eliminar los riesgos implícitos de transmisión de enfermedades.
No obstante se ha tejido un debate en torno a las enfermedades virales de tipo reproductivo que se encuentran, según la opinión de médicos veterinarios, en cualquier finca que visitan en el país.
Jorge Luis Zambrano Varón, profesor asociado de la Universidad Nacional, consideró que esas tecnologías se deben observar y aplicar normas adecuadas de bioseguridad.
Acudir a la prevención
Zambrano es médico veterinario, especialista en Reproducción de Animales y Salud de los Rebaños, con maestría en Medicina Preventiva Veterinaria y doctorado en Patología Comparada (los tres niveles los obtuvo en la University of California, Davis, USA).
Ve con preocupación que cuando se hacen trabajos locales, no tienen en cuenta las normas de control y tampoco, los protocolos exigidos a nivel internacional.
Enfatizó que es necesario acudir a la prevención. “Lo que se espera es que sirvan para mejorar algunos animales valiosos y mejorar la productividad”, recomendó.
Señaló que la situación es contemplada por los organismos internacionales. “La Sociedad Internacional de Tecnología de Embriones y la Organización Mundial de Salud Animal, OIE, han realizado estudios sobre las categorías de los patógenos y afortunadamente algunas ya están categorizadas con “riesgo mínimo”, indicó.
Anunció que se está registrando un combo de enfermedades: IBR, respiratorias y abortos y que es necesario seguir un manejo apropiado de las mismas.
Indicó que los hatos infectados son menos productivos que los normales y recomendó el control del transporte de animales y asimismo en el muestreo de entrada y salida de las finca.
Consideró que el método en el que los animales acuden físicamente a la vacunación, contribuye también a la transmisión de enfermedades.
Hay que apretar más
Filippo Rapaioli, director ejecutivo de Asosimmental, añadió que en el mundo para que un ganadero colecte el semen de un toro reproductor, debe cumplir con unos parámetros sanitarios.
“Acá en Colombia cualquier productor puede llamar a un profesional o a un veterinario y decirle, colécteme un toro y puede comercializar el material seminal sin que nadie le exija una prueba sanitaria”, agregó.
Además, el semen es un vector que transmite enfermedades. “Creo que hay que apretar más y eso debe ser de parte de la autoridad sanitaria”, puntualizó.
“Es un acto de conciencia del ganadero que antes de replicar una genética que no conoce, proceda a hacerle un examen”, advirtió.
“Asosimmental tiene un centro genético en alianza con Corpoica -en Mosquera -Tibaitata, en el que muestrea a los animales contra esas enfermedades y brinda garantía, pero somos una gótica en el mar”.
Entraron a Colombia hace 40 años
Según Cesar Gómez, MV y magister en ciencias veterinarias con énfasis en reproducción, señala que esas enfermedades entraron a Colombia hace más de 40 años.
“Hay dos hipótesis. Una, que entraron en un lote de pajillas provenientes de Francia o de EE.UU. y otra que llegaron en importaciones de ganado Normando de Francia por avión”, explicó.
“Como tiene un tropismo respiratorio y otro reproductivo, se disemina muy fácil. Una vaca infectada puede respirar al lado de una sana y elimina el virus y se lo transmite. Es como una gripa”, expuso.
También se transmite por vía venérea que es el toro que monta una vaca coge el virus y luego monta otra hembra y así sucesivamente.
Esas enfermedades se encuentran en Colombia hace muchos años e incluso, tienen un manejo con vacuna exitoso. “La IA como biotecnología reduce el riesgo de transmisión de enfermedades, porque no se utiliza el toro como vector”, informó.
Aseguró que cuando una central de colecta produce una pajilla, esta sale sellada y congelada en nitrógeno líquido a menos 197 grados centígrados. “Si alguien la va a manipular se genera descongelación y los espermatozoides empiezan a morir. La única forma de descongelarla es en el momento exacto en el que se vaya a utilizar”, insistió.
No son enfermedades nuevas
Carlos Jairo Gómez, MV con maestría en reproducción bovina en Francia, especializado en biotecnología y pionero de la biotecnología en Colombia en donde ha hecho muchos embriones, aseguró que no son enfermedades nuevas. “Llevo trabajando contra el IBR 30 años en y cuando comencé ya existían en Colombia”, aseguró.
De acuerdo con Gómez, cuando se accede a la IA, es algo seguro. En los países desarrollados tienen unos protocolos sanitarios bastante densos.
“De Europa y de EE.UU., el material seminal, llega libre de enfermedades. Allá hacen un control sanitario de los toros que van a ser donantes de semen”, indicó.
Reveló que la reglamentación nacional es exigente. “No son enfermedades de control oficial, pero si tienen un impacto fuerte en la ganadería nacional, de hecho hay empresas como Colanta que están haciendo campañas de prevención o al menos de diagnóstico de enfermedades reproductivas”, opinó.
Mercado es libre
Olga Lucía Díaz Martínez, Directora Técnica de Epidemiología del ICA, fue explícita en afirmar que la directriz del Instituto es el código zoosanitario de la OIE.
Sostuvo que si se va a traer semen o embriones, se estudia la situación sanitaria del país que envía el producto y se adoptan las medidas de prevención.
Informó que en el mercado no hay ninguna restricción para la negociación de pajillas a no ser que se presente la zonificación de alguna enfermedad.
Desde que entra al país por cualquier punto, llámese Barranquilla, Cali, Bogotá, Medellín o Cartagena, lo hace con sus protocolos internacionales.
Recomendó que la gente que compra pajillas o embriones, los debe adquirir en una empresa que les garantice la seguridad sanitaria.
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