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La democracia supone el debate y el contraste de ideas. Que a golpes y piedrazos de manifestantes se pretenda interrumpir una sesión en la cámara de diputados genera una gran preocupación y dolor.
La violencia no puede ser el instrumento para imponer ideas. Es insostenible que un grupo desestabilizador pretenda imponerse con la fuerza y la desmesura, ajenos a los mecanismos propios de la democracia, atemorizando a ciudadanos y atacando a las fuerzas de seguridad.
La reconstrucción de la Argentina requiere del aporte de todos los sectores económicos y sociales y la firme voluntad de los dirigentes políticos de dejar de lado la intolerancia para buscar el consenso y las soluciones comunes.
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