A días de haberse celebrado el Día Mundial del Fertilizante, la Asociación Civil Fertilizar realizó una jornada bajo el título ¿Cómo fertilizamos la soja con la que producimos alimentos? el martes 24 de octubre en las oficinas de la entidad.
“Nutrimos cultivos que nutren personas”, así lo expresó María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar, al inicio de la charla.
A pesar de que hubo un cambio general en el agro, los expertos señalan que la fertilización de soja sigue en una isla. Aún se siente la ausencia de aplicación de tecnología a este cultivo en Argentina.
La brecha
“La soja en Argentina contra otros cultivos tiene una baja tasa de fertilización comparado con nuestros vecinos. En Paraguay se aplican 230 kilos, en Uruguay cerca de 100 kilos en promedio y en Argentina estamos en 40 kilos”, argumentó Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar.
En los últimos quince años el rendimiento promedio de la soja se estancó. Los rendimientos podrían mejorar, tener un impacto para la economía del productor y para la economía global del país.
De acuerdo a los números obtenidos con una de las redes (Bunge), Bassi ejemplificó: “Hay zonas núcleo sojeras que pueden estar 8%-10% arriba, pero hay zonas como el oeste de Buenos Aires en la cual no se fertilizaba y tuvimos respuestas del 20%. Allí, aplicando bien el fósforo y el azufre lográbamos respuestas de 1200 kilos y hasta un ensayo récord que pasamos de 3000 a 5000 kilos. Las brechas son altísimas”.
Para los expertos de Fertilizar, la soja tiene potencial y el productor parece estar conforme con lo que logra. Sin embargo, “Cuando hacemos el ensayo en el campo, alcanzamos rendimientos que el productor no se había planteando, pasamos de 4000 a 4600 kilos, y a él le sorprende porque le parecía que 4000 era un tope”, detallan.
En síntesis, se fertiliza menos de lo que se debería.
El productor sojero
“Hay una tendencia a cuidar por demás el hecho de aplicar fertilizantes, que hoy se nos está volviendo en contra y ya la deberíamos cambiar”, manifestó Bassi.
“El productor sojero se caracteriza por aplicar menos tecnología y es más conservador”, disparó el orador.
Ante este panorama, los expertos invitan al productor a investigar y probar en su propio campo. “Si hoy aplica US$20, US$30 y nosotros le proponemos que suba eso a US$70, es una decisión difícil y no se puede hacer en un año. Pero, que haga las pruebas y especialmente hay que convencerlo que se está perdiendo algo”, dijo Bassi .
De acuerdo a los datos proporcionados, el fósforo y azufre subutilizado implica dejar plata arriba de la mesa. “Vale la pena pensar en unpaquete de nutrientes que incluya fósforo, azufre, boro y en algunos casos zinc. Tenerlos todos en cuenta y entender que en ese paquete bien manejado hay un valor, que hoy estamos dejando en el campo”, sugirió el especialista.
Al ser consultado sobre la caída de las retenciones, Bassi con una mirada optimista señaló que van a despertar al productor. “Ya se quitó el 5% y ahí no vemos un cambio importante. Ahora, se va a ir poniendo un poco más competitivo el cultivo de soja, va a ser de mejores márgenes, le va a costar más al maíz y al trigo competirle, pero a la vez va a ir repagando mejor estas tecnologías”.
Del campo a los comedores populares
En la segunda parte de la jornada, Juan Carlos Grassa y Cecilia Theule, integrantes de Solidagro presentaron el programa Soja Plus que tiene por objetivo incorporar proteína vegetal a los comedores populares.
“Existe un proceso que se llama extrusado, el cual permite que la soja sea comestible y más digestiva al estómago humano sin perder sus nutrientes. Se hace mediante un proceso químico y se entrega como alimento”, explicó el periodista agropecuario Grassa en diálogo con Agrofy News.
A partir de la soja texturizada es posible realizar comida mexicana, empanadas, pastel de papa, reemplazar la carne picada, entre otros. Según los datos brindados, con 400 kilos de soja texturizada se pueden elaborar aproximadamente 10.000 empandas.
“Queremos hacerlo masivo y que los comedores populares tengan la posibilidad de probar la soja texturizada para reemplazar la proteína de la carne”, manifestaron los integrantes desde Solidagro.
En cuanto a las propiedades, el periodista comentó que no tiene colesterol y que con el dinero que les sobra pueden incorporar más fruta y verdura “que es un deficiente grande que tienen los comedores”, enfatizó.
Acercando el campo a la ciudad
El programa tiene muchas aristas, por lo cual también busca familiarizar la soja con la gente. “El cultivo está demasiado endemoniado en la sociedad y esto sería una forma de acercarlo, ver que es un alimento sano, que hace muy bien y es un gran producto para la humanidad”, argumentó Grassa.
Desde Solidagro ya están trabajando con Soja Plus en algunos comedores, pero quieren aplicarlo a Los Piletones de Margarita Barrientos como algo emblemático y que sirva como motor para motivar a los productores a donar soja. Los integrantes de la organización ya estuvieron en Los Piletones cocinando y degustando junto a Margarita los alimentos con soja texturizada.
El aporte del productor
Si bien informaron que se han realizado donaciones, necesitan y esperan que más productores se concienticen del gran valor que implica su aporte. Pueden hacerlo mediante el sitio web de Solidagro o vía telefónica. Al realizar la donación, el productor no sólo contribuye con la causa sino que obtiene un certificado para considerarlo como gasto en su declaración de ganancias.
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