El ministro de Trabajo y Desarrollo Social, Luis Ernesto Carles, intentaba mediar desde ayer a mediodía en el conflicto surgido entre camioneros que transportan bananos para la exportación y la brasileña Chiquita Panamá, lo cual, de no resolverse, podría afectar los envíos de la fruta a mercados estadounidenses y europeos.
La pugna surgió cuando la empresa brasileña planteó a unos 50 camioneros que regularmente llevan el banano, desde las empacadoras de Changuinola, en Bocas del Toro, hacia el puerto de Almirante, que ya no contrataría a todo el contingente, pues se preparaba para adquirir 29 articulados nuevos para reemplazarlos.
El aviso afectó a los camioneros que han brindado el servicio por años, los cuales insisten en que Chiquita Panamá firme con ellos un contrato de carga por un mínimo de tres años, lo que luego fue reducido a 24 meses.
Justifican su exigencia en que muchos hicieron inversiones a través de préstamos bancarios, para modernizar sus equipos y ofrecer un mejor servicio. Por ello, aducen, han quedado endeudados con bancos y financieras. otros, hipotecado sus viviendas o tierras.
Un vocero de la empresa explicó que Chiquita Panamá no tiene la obligación de contratarlos a todos, indefinidamente, y admitió que había decidido adquirir nuevos camiones, porque muchos de los que prestan el servicio son equipos de vieja data, propensos a accidentes o averías mecánicas en el camino.
No obstante, agregó, la empresa puede seguir contratando a algunos que merezcan seguir prestando el servicio, y por ello quiere negociar para llegar a un acuerdo. La propuesta de la empresa es por tres meses solamente.
La negociación entre la firma frutera y los transportistas, en la que solo mediaba el gobernador de la provincia, Ubaldo Vallejos, la Dirección Regional de Trabajo, y Francisco Smith, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano, no llegó a un acuerdo la noche del miércoles.
Los camioneros intentaron obligar a la frutera a firmar un acuerdo por tres años, pero al no lograrlo se retiraron molestos y amenazaron con cerrar el paso vehicular a la altura del puente sobre el río Changuinola, para presionar a las autoridades a intervenir.
Ayer, la empresa seguía cosechando y procesando la fruta, con miras a transportarla en algunos articulados, cuyos propietarios se mantuvieron fieles a Chiquita Panamá. En tanto, los transportistas seguían apostados en las inmediaciones del puente sobre el río Changuinola, dispuestos a cerrar el paso, una práctica que causa constantes perjuicios a la economía de la provincia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.