El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) dio a conocer los datos de comercialización del mes de octubre donde se destaca que las ventas totales de vinos cayeron el 10,7% en volumen, en comparación con el mismo mes del año anterior.
Además el acumulado del año resulta en una merma del 7,8%. En contraposición, las exportaciones en el décimo mes del año subieron el 2% dólares y 5% en volumen.
Los vinos fraccionados aumentaron el 7% y los vinos a granel decrecieron el 1%. Los vinos color subieron el 9% y el blanco mermó el 11%. Por su parte, el acumulado anual de los envíos al exterior resulta en una baja del 1% en dólares y 4% en volumen.
Además, las exportaciones de mostos mostraron una retracción del 16% en volumen y del 10% en los dólares, comparados con el mismo período del año anterior.
En este contexto el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) presentó ayer el trabajo “La Vitivinicultura en la Economía Argentina”.
En el acto, se hizo hincapié en que la Argentina es uno de los principales productores mundiales de uva y el quinto productor de vinos del mundo. No obstante, la actividad vitivinícola está expuesta a fuertes oscilaciones, al tiempo que la etapa actual es una de las más delicadas en la historia.
“El estudio destaca que desde hace algunos años el complejo se encuentra afectado por un conjunto de distorsiones que debilitaron la cadena, la rentabilidad y su competitividad con una estructura de costos crecientes, mayor presión impositiva, ausencia de crédito, cambio en las preferencias de los consumidores, menor poder de negociación de los productores, regulación defidel Estado y falta de trasparencia, entre otros problemas estructurales”, señaló Raúl Robín, presidente de Economías Regionales de la CAME.
De todos modos, para el año que viene se prevé cierta mejora si la inflación se desacelera y los ingresos de la población repuntan.
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