Se inicia la campaña 2016/17 de soja en la provincia con significativos niveles de humedad en suelo debido a que las precipitaciones ocurridas desde fines de octubre hasta el 10 de diciembre registraron valores promedios acumulados -dependiendo de la zona- que oscilaron entre 80 y 170 mm.
En ese marco, la Ing. Marcela Lizondo de la Agencia de Extensión Rural Banda del Río Salí del INTA Famaillá brinda algunas recomendaciones. Explica que, antes de iniciar la siembra, es fundamental haber realizado tres tareas:
- Aplicación de herbicidas de preemergencia para controlar malezas.
- Muestreo y posterior análisis de suelo para ajustar la dosis correcta de fertilizantes según las necesidades del lote.
- Análisis del poder germinativo de las semillas a sembrar para lograr una adecuada densidad de siembra. Y, para asegurar una eficiente implantación del cultivo, hay que aportar protección a las semillas mediante tratamientos con inoculantes, fungicidas e insecticidas.
La especialista del INTA plantea que “las condiciones climáticas al inicio de la actual campaña permiten diversificar las fechas de siembra y seleccionar cultivares de grupo de madurez cortos y largos para enfrentar los riesgos ante un eventual déficit hídrico durante el periodo de llenado de granos, momento donde se definen los rendimientos en el cultivo”.
Con respecto a las fechas, en general, sugiere “sembrar durante la primera quincena de diciembre y, en los mejores lotes de producción hacerlo con cultivares de ciclo más corto con densidades mayores a 30 pl/m2. Mientras mayor es el grado de limitaciones de los lotes, se debe utilizar cultivares de ciclo más largo, sembrados a partir de la segunda quincena de diciembre a una densidad no mayor a 22 pl/m2. Los ciclos más largos son los que presentan mayor ventana de siembra y estabilidad en los rendimientos, ya que por su longitud permiten recuperarse ante condiciones climáticas adversas”.
Lizondo aclara que durante la planificación de la siembra es muy importante prever la seguridad de la cosecha, ya que los grupos cortos sembrados durante la fecha mencionada se encuentran en madurez comercial a partir de la primera quincena de abril, cuando las precipitaciones son recurrentes y se presentan faltas de piso para la entrada de las cosechadoras.
Por último, la ingeniera señala que “si el cultivar a sembrar posee la tecnología Intacta (resistente a glifosato y orugas desfoliadoras), se recomienda el uso de refugios con variedades RR1 (solamente resistentes a glifosato) en un 20% del área sembrada, donde la soja Intacta no se aleje más de 1.200 m de la RR1. El refugio es una porción del lote o campo sembrado con una variedad de soja que no contenga el gen Bt, lo que permite que los insectos susceptibles puedan reproducirse y mantener una población numerosa capaz de diluir los posibles insectos ‘resistentes’ sobrevivientes en INTACTA RR2 PRO y, así, mantener baja su frecuencia”.
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