Álvaro Marín, médico veterinario, experto en nutrición animal y director nacional de ganadería de la empresa Solla explicó que hoy en día hay muchos productores son conscientes de la importancia de cultivar y producir un forraje de buena calidad en las fincas.
Sin embargo, hay casos en los que los ganaderos hacen una inversión importante en producción, fertilización, control de maleza y de plagas, pero comenten el error de poner al ganado a consumirlo en un momento que no es el más apropiado.
De acuerdo con el experto, “generalmente” el pasto tiende a ser cosechado tarde y es ahí donde se pierde su capacidad nutricional.
Luis Fernando Castro, ganadero e ingeniero agrónomo, aseguró que es necesario que el productor conozca la edad precisa del pasto para que tenga la máxima cantidad de proteína y menos porcentaje de fibra.
“A medida que el pasto envejece aumenta la fibra y baja la proteína. Desde el punto de vista de la nutrición del animal, es óptimo tener el pasto en el punto máximo de proteína antes de que se deteriore. Además, es necesario analizar si el forraje posee una buena producción de materia seca, porque si crece mucho tendrá mucha materia seca pero ya no será nutritivo para el animal”, acotó Castro.
El médico veterinario explicó que es importante que dependiendo del clima, la luminosidad y la especie forrajera o pasto que se maneje en la finca se determine el momento adecuado de cosecha y/o consumo.
En el caso de las gramíneas en clima cálido, Marín comentó que el tiempo de cosecha puede estar alrededor de los 25 a 30 días, donde los porcentajes de Fibra Detergente Neutra, FDN, están por debajo del 60 %.
En cuanto a los pastos de clima frío, detalló que depende de la variedad, si es raigrás puede oscilar entre 25 y 30 días, y si es kikuyo, entre 28 y 40, momento en el que el porcentaje de FDN está alrededor del 50 %.
“A pesar de que se haya hecho un buen cultivo, siembra y mantenimiento, si se dispone el ganado para que consuma el forraje de manera tardía, se aumentará el contenido de Fibra Detergente Neutra por encima del 60 % o el 65 % y esto hará que muchos de los nutrientes que estaban disponibles ya no sean digestibles o de fácil absorción para el animal“, aseveró el representante de Solla.
El hecho de que el ganado consuma el pasto en el momento ideal no solo tiene un efecto sobre la digestibilidad y el aprovechamiento de los niveles de proteína y energía, sino que también permite un mayor consumo de pasto por parte del animal.
Entre mayor sea la cantidad de FDN, el animal consumirá menos pasto porque tendrá que hacer pausas durante la ingesta diaria para que se pueda realizar el proceso de fermentación en el rumen y las bacterias digieran la fibra.
Según el experto en nutrición animal, otro aspecto que se puede usar como guía para determinar cuando el ganado puede entrar a consumir el pasto es el número de hojas, independientemente de la altura.
En raigrás se recomienda disponerlo para el consumo cuando tenga entre 3 y 4 hojas, en kikuyo entre 4 y 5, en lo que respecta a las gramíneas de clima cálido el tratamiento es diferente por el tipo estolones que tienen.
Se exhorta a los ganaderos a practicar análisis bromatológicos frecuentes a los pastos para identificar carencias nutricionales y aplicar los correctivos que sean necesarios para mejorarlos de tal manera que los animales al consumirlas expresen plenamente su potencial productivo y reproductivo
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