Se incrementó la informalidad en el sector lácteo:

 datos oficiales indican que la leche no registrada ya representa un 8% del total producido

En el primer semestre de 2016

Con los bajos precios que vienen recibiendo los tamberos muchos productores redujeron o vendieron todo su rodeo de vacas. El desastre climático de abril pasado liquidó a muchas empresas. Y también se incrementó el volumen de leche procesado por operadores informales.

En el primer semestre de este año la producción argentina de leche fue de 4638 millones de litros, una cifra 12,6% inferior a la del mismo período de 2015, según datos oficiales publicados por la Subsecretaría de Lechería de la Nación.

El dato es que en enero-junio de 2016 se estima que la cantidad de leche que no ingresó al circuito formal es de 375.300 millones de litros, una cifra equivalente al 8,0% de la leche producida en el período. En el primer semestre de 2015 y 2014 esa proporción había sido de 7,7% y 6,9% respectivamente.

La mayor parte de la leche informal se destina a la elaboración de quesos, los cuales suelen ser comercializados al menudeo, en puestos callejeros o restaurantes y pizzerías barriales.

El último operativo importante realizado por agentes del Senasa se llevó a cabo en abril de este año en un establecimiento elaborador de productos lácteos localizado en Comechingones, Córdoba, el cual fue clausurado al encontrar 1856 kilogramos de queso de masa dura, blanda y ricota que no cumplían con las normas higiénico-sanitarias e impositivas vigentes.

Los últimos datos oficiales muestran que en junio pasado el stock de quesos duros presente en las principales industrias lácteas argentinas (130 millones de litros equivalentes) descendió un 25% con respecto al mismo mes de 2015, mientras que el de quesos semiduros cayó un 10%. Eso explica, junto con una baja de la producción y stocks de leche descremada, la caída de oferta de crema que provocó una restricción de abastecimiento de manteca en las últimas semanas -