Los apicultores argentinos son cada vez menos, producto de una debilidad historia del sector: la dependencia del mercado exterior. En los últimos años los precios cayeron y la situación se agravó. Impulsar el consumo interno es una de las estrategias para comenzar a cambiar el rumbo.
Depender de la exportación, producto de una escasa demanda interna, ha sido históricamente la mayor debilidad de la apicultura argentina. Con apenas 180 a 200 gramos de consumo de miel por habitante al año, los productores están obligados a vender la cosecha bajo las condiciones que imperen en el mercado exterior, muchas veces inestable por efecto de barreras paraarancelarias, problemas sanitarios o la competencia de jugadores de mayor peso. Ocasionalmente, los escasos exportadores -que concentran la demanda- aprovechan también estas circunstancias para mejorar sus rentabilidad.
Con el objetivo de comenzar a torcer este rumbo, desde el Ministerio de Agroindustria y el INTA realizaron del 8 al 14 de agosto en todo el país la “semana de la miel”, una campaña centrada en difundir los beneficios de este alimento natural e impulsar su incorporación en los hábitos de consumo de los argentinos. Bajo el lema “Sumale miel a tu vida”, se realizaron degustaciones, charlas, concursos, exposiciones y ventas de mieles en todas las provincias argentinas.
La iniciativa es bien recibida por el sector, aunque algunos actores indican que la desproporción entre la producción nacional -que ronda las 70.000 toneladas anuales- y el margen de crecimiento que puede tener el mercado doméstico es difícil de revertir. Ocurre que la exportación se lleva el 95% del total.
Mientras tanto, los apicultores reciben el mismo precio por su miel que hace tres años y crece la tendencia al abandono de la actividad. La causa que todos apuntan -también técnicos y funcionarios- esta vez es China y una insólita alteración del comercio mundial: la colocación de altos volúmenes en los principales mercados de una “miel sintética”, en base a jarabe de arroz, a precios mucho más bajos. A raíz de esto las ventas argentinas, si bien crecieron 56% en cantidad durante el primer cuatrimestre -según la estadística oficial de Minagro- disminuyeron 5% en valor respecto de igual período de 2015.
Situación terminal
“La apicultura prácticamente está quebrada, la miel no se vende o te la pagan entre $16 y $17, lo mismo que hace tres años” dijo a Campolitoral Eduardo Salvador, secretario de la Cooperativa Apícola de Laguna Paiva, institución que en los últimos 5 años sufrió una estampida de socios que abandonaron la actividad.
En su caso trata de compensar vendiendo miel suelta de manera particular y la buena salida del producto últimamente constata que el consumo viene en alza. “Pero siempre sigue siendo ínfimo al lado de la producción que hay”, analizó en relación a la intención de las autoridades de aumentar la demanda interna a partir de una incorporación de este alimento en la dieta de los argentinos.
Salvador recordó que antes, cuando había mucha demanda exterior, “se vendía toda la miel y se lograban muy buenos precios; pero ahora te la compran como de lástima”. Como consecuencia, afirma que en la cooperativa quienes vivían de de la actividad tuvieron que dejarla, no así los que tienen como secundaria. Tras alcanzar unos 50 socios con 3.000 colmenas unos años atrás, hoy son apenas 15 con 1.200 colmenas. “Los apicultores se redujeron al 50% porque las colmenas eran un gasto en lugar de una ganancia”, aseguró.
Inexistente. En el país el consumo apenas alcanza 200 gramos por habitante al año, contra 2 kilos en Europa.
Juan Dukart, técnico de la Asociación para el Desarrollo Regional de Ceres y Hersilia, es además colaborador APANS, la Asociación de Productores Apícolas del Noroeste Santafesino, una de las entidades que en Santa Fe participó de las actividades de promoción implementadas desde la Nación. Indicó que, si bien hay una recomposición parcial, el precio de la miel aún está lejos de ser rentable. “Hoy en la zona -reveló- se está pagando entre $19 a $20 el kilo, igual al costo de producción. Para que sea negocio debiera valer $25 a $30”. También sostuvo que la tendencia está empezando a cambiar en los últimos meses, con más compradores y acopiadores buscando mercadería.
Javier Caporgno, jefe de Agencia de Extensión Rural INTA Ceres y coordinador del Proyecto Nacional de Apicultura del organismo, afirmó que la tendencia a abandonar la actividad es nacional y mundial, producto de la intensificación de los sistemas agropecuarios y la pérdida de diversidad. “Lo podemos ver en los rendimientos: antes eran normales rendimientos de 60 o 70 kilos de miel por colmena, hoy no superamos los 30 o 40”. Con esta realidad el productor se siente desmotivado, y mucho más ahora con una crisis de precio en el mercado mundial. “Es la tormenta perfecta para que la actividad se recienta un poco más”. Entonces es lógico ver que en los últimos años apicultores que disminuyeron la cantidad de colmenas o salen de la actividad. Frente a esto, el mensaje del INTA es “en las épocas malas hay que mantenerse y estar los más preparado para la buena porque es la única forma de aprovecharla”.
En la institución -comentó- trabajan con un modelo de costos para todo el país, que muestra mucha variabilidad. “Hoy los rendimientos de indiferencia están en 20/22 kilos de miel por colmena al año”. La cifra es tomando el mediano plazo; pero serían mucho mayores incorporando el costo de oportunidad de capital invertido. “Esto hace que los márgenes estén muy justos con los rendimientos de los últimos años”. Las últimas dos campañas, explicó, fueron buenas y se cosecharon alrededor de 30 kilos. Pero en otras anteriores fue de 6 o 7 kilos, incluso con campañas en las que ni siquiera se pudo cosechar.
Alteración china
Otro tema es la razón por la cual entró en crisis el precio de la miel en el mercado mundial. Todos los actores consultados señalaron la colocación de mercadería a precios bajos por parte de China gracias a la utilización de jarabe de arroz. Pero las versiones difieren: unos entienden que con eso alimentan las colmenas y otros directamente indican que las abejas no participan, que es un proceso 100% industrial. O sea que se trata de una “miel sintética”.
Caporgno sostuvo que “no está siendo detectada por organismos sanitarios oficiales y es lo que está perjudicando los precios internacionales; tiene un costo de producción muy bajo porque es sintético”. Frente a esto, comentó que las empresas exportadoras realizan acciones “para brindar técnicas de análisis a los organismos de los países importadores para que se detecte y se multe este fraude”.
Llama la atención que Europa, donde suelen hacer detecciones sanitarias de alta precisión, compre esta mercadería. Basta recordar que hace poco tiempo plantearon el rechazo de mieles que contengan granos de polen de plantas transgénicas. “Dicen que es por la metodología de análisis que se tenía como rutina; el producto chino es 100% sintético, no hay abejas en el proceso, pero está tan bien hecho que pasan los análisis por carbono 3 y carbono 4”, indicó el especialista de INTA, quien estimó que el problema comenzó dos o tres años atrás y afecta a los apicultores de todo el mundo. Y si bien “se están poniendo a punto técnicas para detectar este tipo de mieles”, consideró que “hay complicidad de quien la vende y quien la compra”.
A pesar de esta alteración relativamente reciente del mercado, lo cierto es que en términos históricos el valor internacional de la miel, en torno a u$s 2 el kilo, no es malo, ya que la media histórica siempre fueron unos u$s 0.80. “Lo que pasó en el último tiempo es que por la escasez a nivel mundial ese piso se elevó y se llegó a pagar hasta u$s 3” dijo Caporgno. Este punto también tuvo consecuencias, ya que detrás del precio de la miel también subieron los insumos y el costo de producir. “Esto hace que los números estén complicados”, afirmó.
Integrar la cadena
Exceptuando del análisis la coyuntura de precios, la concentración de la demanda es también una debilidad de la producción apícola argentina. “Cuando se depende de dos o tres empresas que exportan 60/70% por supuesto que es una debilidad. Pero hay que trabajar en la integración de la cadena, sobre todo con el exportador que también es parte”, consideró el técnico de INTA. Cómo equilibrar fuerzas “y que ganemos todos” es el desafío.
Los números muestran una gran disparidad. En julio de este año se declararon exportaciones argentinas de miel a granel a un valor promedio ponderado de u$s 1,83 por kilo, equivalente a $ 27 al tipo de cambio promedio. Sin embargo, un relevamiento del INTA consigna que en la provincia de Santa Fe ese mes se pagó una media a los apicultores de $ 16.90. La brecha, por lo tanto, es del 59 %. Pero se torna sideral al cotejarlo con el valor en góndola, en torno a $ 110/kg (algunas marcas llegan hasta $ 220), con un recargo del 550 %.
A raíz de esta situación el gobierno nacional, a través del INTA y el Ministerio de Agroindustria (MinAgro), iniciaron el lunes 8 una campaña de promoción denominada “Sumale miel a tu vida”, que hasta el 14 de agosto desarrolló acciones de difusión en todo el país sobre las particularidades de la miel, sus propiedades nutricionales y sus múltiples usos gastronómicos. En la provincia de Santa Fe hay acciones programadas en Casilda, María Juana, Reconquista, Ceres, Franck, San Jerónimo Norte, Santo Tomé y Esperanza. La idea agrandar el mercado local para no depender tanto del exterior. Para Caporgno, “si en lugar de exportar el 95% de la producción y consumir sólo el 5% la relación fuera 80-20 avanzaríamos un montón como sector”.
Mientras tanto, una encuesta online del sitio especializado Portal Apícola publicada el 11 de agosto indica que el precio sigue siendo la mayor preocupación de los productores. Según el sondeo el 49% de los apicultores aún tienen miel sin vender de la campaña 2014/15 y sólo un 24% vendió totalmente la cosecha 2015/16. El 64% entre $ 15 y $ 19 el kilo. “La baja cotización de miel es la principal preocupación de los productores a futuro, superando largamente a otras opciones como las condiciones climáticas, los brotes de enfermedades o la falta de respuestas por parte de las autoridades”, concluye la publicación.
El dato
Apoyo a apicultores inundados
- El gobierno provincial instrumentó la semana pasada un subsidio para apicultores afectados por la emergencia hídrica. Se entregaron $12 por colmena que los productores destinarían a la compra de azúcar para suplementar hasta la llegada de la primavera.
Así se vende. Los apicultores argentinos venden el 95% de la miel a granel, con muy bajo valor agregado.
Un Nodo Apícola para organizar la actividad
- A final de julio, durante una reunión entre autoridades del Ministerio de la Producción y representantes del sector apícola, se decidió la conformación del Nodo Apícola de la Región 3, con jurisdicción en los departamentos La Capital, Garay, San Jerónimo, Las Colonias y San Justo.
Con la constitución del nuevo ámbito y la elección de sus autoridades, se busca generar un espacio que posibilite a los productores del sector articular -en el corto, mediano y largo plazo- líneas de trabajo y garantizar una agenda anual de actividades tendientes a fortalecer la cadena de valor, diversificando la producción apícola.
El subsecretario de ganadería, Raúl Steffanazzi, explicó durante el encuentro que “se puso especial énfasis en el fortalecimiento de las organizaciones que representan al sector, a través de un taller dirigido por el INTA, donde se definió el plan anual de trabajo del Nodo, comenzando por las áreas donde se deben conformar los grupos asociativos de cada distrito”.
Por otro lado, se trató la problemática coyuntural derivada de la emergencia hídrica, analizando entre los presentes la pérdida productiva por la disminución de colmenas, y las dificultades sanitarias en las abejas. En este sentido, el subsecretario aclaró que se abordó “la línea financiera que la cartera productiva pondrá a disposición, como paliativo de la situación”.
Sobre el fin de la reunión, los presentes debatieron sobre “el desafío de salir de la venta a granel y comenzar a trabajar en un plan de consumo interno, donde trabajaremos en conjunto con el INTA y las secretarías de Comercio Interior y Exterior, buscando nichos de mercado para la miel fraccionada”, indicó Steffanazzi.-
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