Fracasó ayer una nueva audiencia entre las partes. CaIPA acepta adelantar el 15% a junio, pero no quiere reajustar el 20% retroactivo a marzo para los obreros porque ese porcentaje supera los 2700 pesos. Rivera dijo “nada está definido”.
Las diferencias entre la patronal y el Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP) se mantienen pese a que se intensificaron las reuniones en los últimos días. La posibilidad de que el conflicto termine paralizando la actividad en la rama del fresco es una posibilidad cada vez más latente en la industria pesquera marplatense.
La reunión de ayer duró apenas 20 minutos. En el quinto piso del edificio de la calle Olavarría, donde funciona la sede de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (CaIPA), la asistente no alcanzó a servir el café.
El lunes los empresarios estuvieron reunidos durante buena parte de la tarde y elevaron una contrapropuesta a los trabajadores. Aceptaban adelantar el 15% del segundo tramo del aumento propuesto originalmente para julio, para el mes de junio, de modo que pueda impactar toda la actualización en el aguinaldo que percibirán los trabajadores el mes próximo.
Pero al poco tiempo que las partes reanudaran las conversaciones surgió un nuevo obstáculo que enfrío las negociaciones y dejó abierta la puerta a una medida de fuerza. “No quieren pagar el reajuste”, reconoció Cristina Ledesma al término de la reunión.
Las partes habían acordado en marzo una suma fija a cuenta del futuro aumento, la cual representó 1350 pesos por quincena, que la patronal tenía que pagar en los meses de marzo y abril. La dilatación de las negociaciones también generó que ese monto se abone también en el mes de mayo.
Sucede que para algunos trabajadores, el 20% retroactivo al mes de marzo representa una cifra inferior a los 2700 pesos que venían pagando las empresas, sobre todos para aquellos que no tenían una carga horaria importante y apenas superaban el mínimo de la garantía horaria.
Pero hay otro grupo al cual ese 20% representa una cifra superior a los 2700 pesos mensuales que percibieron hasta ahora. Y el gremio quiere que se aplique el reajuste correspondiente, del mismo modo que las empresas descuentan lo que pagaron de más entre marzo y mayo.
Este miércoles la cúpula del sindicato comunicará al cuerpo de Delegados las últimas instancias de la negociación y la postura de la patronal. Si la semana pasada los representantes de las bases obreras ya habían adelantado el malestar general por la prolongación de las conversaciones, mañana es posible que tras la reunión el gremio anuncie una medida de fuerza.
“La gente está cansada y ya ha expresado su intención de manifestar su rechazo a esta situación. Estamos ya en el sexto mes del año y todavía estamos dando vueltas”, resumió la Secretaria General del Sindicato. “Nosotros acompañaremos cualquier decisión que tomen”, amplió.
Fernando Rivera eligió un discurso más relajado. “Estamos negociando, todo sigue siendo materia de conversación. No tenemos nada definido”, dijo el presidente de CaIPA, que si bien no puso en duda lo informado por Ledesma, insistió en que quedaban cosas por resolver.
El dirigente anticipó que volverán a encontrarse en el transcurso de esta semana con los representantes del SOIP y descartó que una posible medida de fuerza de los trabajadores enfriara la negociación. “Si quieren parar que paren. Es un derecho constitucional y están en libertad de hacerlo”, consideró Rivera.
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