Cultivos de primera habrían perdido un 30% de potencial.
Dependiendo de las zonas, los técnicos estiman que las sojas de primera perdieron 20% y 30% de su potencial debido al déficit hídrico que las afectó en momentos críticos; en esta zafra el 70% del área está compuesta por sojas de primera.
Carlos Dalmás, asesor agrícola privado, explicó a El País que la pérdida de potencial no sólo obedece al déficit hídrico, sino también al tipo de campo en el que se plantaron y a las variedades sembradas; son varias las variables que influyen en el resultado del cultivo.
Con este panorama de menores rendimientos para las sojas de primera, los productores y técnicos están jugados a que las sojas de segunda, que vienen muy bien y están con buenos desarrollos, puedan compensar la caída de precios de la oleaginosa y la pérdida de rendimientos en las primeras.
A nivel general, las recientes lluvias ayudan a los cultivos, principalmente a las sojas de segunda. “El agua a las primeras les llegó un poco tarde, pero en el caso de las sojas de segunda las agarró a tiempo y muestran un muy buen estado”, aseguró el asesor agrícola.
Según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el área plantada con soja en este ejercicio agrícola sería de 1.332.000 hectáreas, de las cuales, unas 807.000 hectáreas estarían ocupadas por sojas de primera y alrededor de 354.000 hectáreas por las segundas. Hay una diferencia muy grande con los años anteriores, donde el cultivo se dividía por mitades iguales, pero en los últimos dos años la sojas de primera crecieron fuerte frente a los cultivos de segunda, por mostrar mejores rendimientos.
Sanitariamente, los cultivos están bien, aunque Dalmás reconoció que en algunas zonas “hay fuertes ataques de chinches que se han venido controlando con la aplicación de productos específicos”.
Maíces.
En cuanto al maíz de primera, que en muchos casos se cosechó y en otros se picó con destino al ensilado para uso animal, “los resultados son bastante buenos, pero no tanto como se esperaban”.
Según dijo Dalmás se cosechan entre 6.000 y 7.000 kilos por hectárea, cuando en años anteriores los rendimientos estaban un poco por encima. La seca afectó a los cultivos de primera en pleno llenado de grano y eso fue crítico porque tiró abajo los rendimientos.
A los maíces de segunda, “las lluvias le llegaron bastante a tiempo. Hay que ver qué pasa con el clima de aquí en adelante, pero por lo general vienen bien”, reconoció Dalmás.
En el caso de este cultivo el área creció 6% en este ejercicio agrícola al ser comparada con la anterior, sembrándose unas 88.000 hectáreas, según los datos de la DIEA.
Mercado.
En lo que respecta a mercados, más allá de la tendencia alcista que mostraron los precios de los commodities al principio de la semana pasada, cerraron a la baja, en sintonía con las oscilaciones de las bolsas y del precio del petróleo.
“Los mercados agrícolas no tuvieron noticias de gran impacto y se limitaron a responder a los caprichos de los otros mercados”, sintetizó Dewey Strickler, de la firma Ag Watch Market Advisors en declaraciones a la agencia AFP.
Los precios de la soja, el trigo y el maíz cayeron a mitad de semana pasada por la debilidad del petróleo luego de que se complicaran las perspectivas de un acuerdo para interrumpir la sobreoferta que hunde los precios desde hace un año y medio. Para la soja se espera una baja de precios tras nuevas previsiones del USDA.
En Uruguay las ventas de soja continúan siendo muy bajas y los productores esperan mejoras puntuales de precios para ir vendiendo y mejorar sus números en un año agrícola donde se precisan más kilos por hectárea para ir cubriendo los costos y eso no sólo le pasa a la soja, también a los demás cultivos de secano. De todos modos, la soja es la que sigue pagando las cuentas de las empresas al cierre del negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.