La moneda de Brasil se devaluó un 25% en el último año. Es que el principal socio comercial argentino modificó abruptamente la paridad cambiaria y ganó competitividad, haciendo que sea mucho más barato adquirir productos brasileros para los argentinos y muy difícil colocar los propios en la quinta economía del mundo. La sangría del Real no se detiene y sigue perdiendo a razón de 1% diario, lo que suma preocupación a los principales actores de la economía nacional.
En Entre Ríos esta situación está golpeando meridianamente a muchos sectores productivos, y una rueda de consultas realizada por El Diario deja explícita esta situación marcando “una profunda preocupación” y una “complicación a la que no le vemos salida”, según la propia definición de empresarios y dirigentes.
Según el secretario de la Unión Industrial de Entre Ríos, el empresario lácteo Eduardo Tonutti, aún desde la entidad no tienen una evaluación completa como para brindar un panorama general, pero si se puede inferir que la devaluación del real “es una complicación que seguramente está afectando a varios sectores y por eso hay una inquietud sobre el tema”. El dirigente acotó que seguramente la entidad comenzará a trabajar en el tema en virtud que las empresas provinciales se verán perjudicadas si se profundiza el proceso.
Pollos, cerdos, arroz, alimentos procesados, entre otros son los sectores más perjudicados, pero a la industria no le va en saga.
Ante la consulta periodística, el farmacéutico Gustavo Samojedem, el gerente general de Eriochem fue muy conciso pero preciso a la hora de responder, a partir que se trata –nada menos- que el 30% de su mercado. “Nuestros precios de venta en la transferencia a las empresas brasileras de medicamentos son fijos en dólares, y ellos venden en reales en su mercado interno. Con este esquema y ante un contexto como el que estamos advirtiendo en los últimos meses nuestra problemática se trasunta en la preocupación que en cualquier momento nos golpean la puerta pidiendo que nos bajen los precios en un porcentaje similar a la devaluación, ya que de alguna manera somos socios en la aventura. Ese escenario nos pone directamente ante una dificultad financiera de difícil resolución”, respondió el técnico a cargo de los procesos del laboratorio medicinal más importante de la provincia.
Arroz
Con un sentido más agudo en cuanto a la realidad comercial, pero menos preocupante en virtud de la coyuntura sectorial, para el sector arrocero la situación no es menos preocupante. Si bien Entre Ríos dejó la brasildependencia arrocero de la década del `80 y `90 donde se vendía el 90% de la producción al vecino país –hoy las ventas son menores al 10% con un fuerte proceso de diversificación, siendo Irak el principal comprador- no se están produciendo ventas del grano blanco al mercado brasilero. “Brasil ha ido retrocediendo en la proporción relativa y ya no es el principal destino. En este momento los negocios están congelados, y no va nada. A Brasil le conviene directamente compara en su mercado interno con una devaluación del 30%, y si llega a tener un déficit compra a fin de año al mejor postor”, aseguró Hugo Muller, el titular entrerriano de la Fundación Proarroz.
El productor y dirigente habla de un fuerte deterioro de las variables macroeconómicas que impactan sobre la economía regional, y que es necesario resolver rápidamente el problema. El momento encuentra a Entre Ríos desplegando su plan estratégico, y en 2014 las ventas a Brasil fueron el 8% del total de las 274 millones de toneladas vendidas al mundo. “Lo que si es complejo es el tema del valor, ya que si bien el arroz no cayó tanto como los otros commodities estamos perdiendo unos 100 dólares por campaña. En 2011-2012 el precio FOB fue de más de 650 dólares, en la campaña anterior fue de 573 dólares la tonelada y ahora ya está en 500 dólares”, precisó Muller.
Cerdo
Otro sector que mira con recelo y preocupación es el sector de carne porcina, que ha venido creciendo en forma sistemática. En Brasil el kilo de carne de cerdo se consigue a 1 dólar, y en la Argentina ya se ubica en el 1,50 para el productor. “Si el productor tiene una granja el negocio sigue cerrando; pero si se abre la importación y vuelve a ingresar pulpa en forma indiscriminada como antes el precio va a caer notablemente y ya no habrá negocio. Los que buscan imponer la importación son los industriales que se manejan con los canales de comercialización, pero hoy el Gobierno no está dejando importar casi nada. Pasamos de 80 mil toneladas a menos de 5 mil toneladas. Hoy por hoy la caída del Real casi no tiene impacto, pero en un solo movimiento puede borrarse todo lo hecho”, explicó una fuente entrerriana bien documentada que prefirió mantener su nombre en reserva. El tema no es menor ya que Entre Ríos ya llegó a las 18 mil madres que envían al mercado un total de 280 mil capones por año para consumo de carne.
Avicultura
Desde el sector avícola el problema se convierte en una nueva barrera, ya que a la necesidad de las industrias de salir al mundo a ganar nuevos mercados la devaluación de las monedas, entre ellas el Real, no hace más que poner en vilo a un sector que ha sido uno de los más eficientes y que hoy busca oxígeno en una solución que parece que, por ahora, no llegará.
Peces enredados
Según confió el ministro de Producción de Entre Ríos, Roberto Schunk, los cuatro frigoríficos de pescado de Entre Ríos le han planteado la problemática y él se comprometió a gestionar alguna mejora con la Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en una reunión que se fijó para el miércoles próximo. Los peces viajan a Colombia, Ecuador, pero también muchos sábalos tienen como destino Brasil.
“No se trata de devaluar, sino mejorar el tipo de cambio, con devolver retenciones, otorgando un subsidio, en cosas concretas. Esto también vale para los exportadores de citrus al que se le podría subsidiar un determinado valor por caja exportada. El problema en el mundo es brutal. Miremos los cítricos. Entre Ríos exporta un 65% a Rusia y un 25% a la Unión Europea, en ambos mercados se devalúa su moneda, nos aumentan aranceles. Tenemos que ver de qué manera paliamos la situación para mantener una mejora del tipo de cambio a través de otras herramientas, pero no creo que la solución pase por devaluar el peso argentino”, explicó el ministro entrerriano
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