El Ministro de Economía no sólo desconoce cuántos pobres hay sino que además interpreta al revés las medidas de distribución personal del ingreso. Esta nota presenta un breve racconto de datera oficial y también privada, que le sería muy útil aprenderse de memoria, no sólo para ilustrar a la sociedad en sus disertaciones (cada vez más breves) sino también para tomar conciencia de cuánto han hecho para aumentar la pobreza, malversar planes sociales, cobrar tributos cada vez más distorsivos y empeorar una distribución del ingreso que no era precisamente un lujo.
El Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (CIPPES), difundió hace unos días su Índice Barrial de Precios, estimado para la ciudad de Córdoba, llegando a la conclusión de que hacen falta $ 3.000 mensuales para no ser indigente y casi $ 7.000 para no ser pobre.
La Direcciónde Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, estimó para febrero pasado, una canasta mínima para un hogar unipersonal de un varón de 25 años, activo y propietario, de $ 3.443. Para el mismo mes, una familia compuesta por una pareja de 35 años, ambos activos, con dos hijos e inquilinos, necesita $ 12.655 para no ser pobre.
El inefable INDEC sostiene que la mitad de los trabajadores percibía a fines del año pasado, menos de $ 5.500 mensuales. El valor de la Mediana salarial, habría subido 36% interanual (muy sorprendente porque el promedio de paritarias estuvo próximo al 30%). El salario promedio de 2014, según la misma fuente, terminó el año en $ 6.464, lo cual refleja un avance del 29,9% en relación a un año antes ($ 4.977).
Por su parte, Su Graciosa Majestad, incrementó 38,61% las jubilaciones y pensiones nacionales a 7,6 millones de personas. Los que perciben la mínima, pasaron a cobrar, en marzo, $ 3.821,73. La Media, como hay jubilados que cobran muy bien, es de $ 6.811,27 (siempre por debajo de los $ 7.000 estimados para Córdoba, donde todo es relativamente más barato que en Buenos Aires).
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, todos los años publica, para el mes de abril, la situación de los hogares al último trimestre del año anterior. Como todavía no tenemos el de 2015, recordemos que en el último trimestre de 2013 el 27,5% de las personas era pobre al igual que el 17,8% de los hogares. Los indigentes eran el 5,5% de las personas y el 3,2% de los hogares, aunque 2 de cada 10 hogares recibieran al menos un programa social financiado con recursos públicos. Lamentablemente, el 39% de los pobres eran niños o adolescentes, alcanzando la cifra de 5 millones de personas, de las cuales 800.000 eran indigentes.
Para IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), en base a datos del INDEC, la situación salarial es, para el cuarto trimestre de 2014, la siguiente:
- El 40% de los trabajadores recibía remuneraciones por debajo del mínimo vital y móvil, que en ese momento era de $ 4.400.
- Otro 50% ganaba entre el salario mínimo y $ 12.000 (unos U$S 1.400) y
- Sólo un 10% ganaba más de $12.000. De esto se deduce el argumento esgrimido por el gobierno, que 9 de cada 10 trabajadores no están alcanzados con el Impuesto a las Ganancias. El salario nominal de los registrados se multiplicó por 12 entre 2000 y 2014, mientras que el Mínimo no Imponible se multiplicó por 4. Como las escalas y alícuotas no se actualizaron, los trabajadores que tributan tienen alícuotas cada vez más altas. En 2000, el salario registrado bruto medio era de $ 1.000 y el impuesto operaba a partir de los $ 2.000. En 2014, la media era de $ 12.000 y el impuesto empezaba desde un mínimo de $ 15.000. Esto refleja cómo ha crecido notablemente la cantidad de contribuyentes.
La situación laboral parece haberse deteriorado, según el INDEC ya que, comparando el tercer trimestre de 2014 con igual período de 2013, la tasa de actividad (empleados y desempleados) bajó de 46,1 a 44,7%; mientras que el desempleo creció de 6,8 a 7,5%. Llama la atención que el empleo no registrado haya bajado en 2014 como porcentaje del total (de 34,6 a 33,6%), cuando los asalariados no registrados cayeron de 2,9 a 2,8 millones de personas y los cuentapropistas pasaron de 2,5 a 2,6 millones de personas. Se verificó un cambio en el tipo de actividad y en la relación laboral que, pese a ello, redujo misteriosamente el total del empleo no registrado.
Entre los hogares urbanos, según el INDEC, para el tercer trimestre de 2014, el 25% de menores ingresos, obtenía apenas el 23,3% del ingreso total, mientras que el 10% de mayores ingresos lograba el 28,6%. Por su parte, la relación entre el decil que más percibe y el que menos percibe (distribución personal), es de 17,6.
También, según el INDEC, el Coeficiente de Gini (va de 0 a 1 siendo 0 x distribución y 1 la máxima desigualdad), pasó entre el tercer trimestre de 2013 e igual período de 2014, de 0,429 a 0,434. Para los países desarrollados, dicho Coeficiente frecuenta la zona de 0,22 a 0,32.
Consignamos todas estas cifras para ilustrarlo al Ministro de Economía, acerca de la existencia de fuentes que hablan claramente de un deterioro de la situación laboral y social, cuando él desconoce y tartamudea ante preguntas de los periodistas sobre la pobreza. No le perdonamos su ignorancia y, menos aún, su colaboración en la profundización de la desigualdad, por la vía de la tributación distorsiva que se basa no sólo en la inédita y sostenida aplicación del impuesto inflacionario sino también en la distribución, por niveles de ingreso, de la tributación total nacional. Así: a) los sectores de más altos ingresos aportan a través del Impuesto a las Ganancias, el 21% del total recaudado por impuestos nacionales y b) los tributos al consumo y las cargas sociales (representan aproximadamente el 45% del salario bruto) que son impuestos que alcanzan a los más humildes, representan el 35% y el 27%, respectivamente, de la recaudación total. Terminamos esta reseña que, esperamos sea útil a la información oficial, con algunas preguntas relevantes:
- ¿Cómo hace para vivir el 40% de los trabajadores, con menos del mínimo vital y móvil, que a fines de 2014 era de apenas U$S 516?.
- ¿ Cómo hace para vivir más del 70% de los jubilados y pensionados que cobra la mínima de U$S 445?.
- ¿Quién controla los planes sociales y la redistribución de ingresos a través del gasto público cuando hay, entre los pobres, un 39% (5 millones de personas) que son niños y adolescentes y
- ¿Tiene sentido seguir tributando 45% de los salarios brutos como cargas sociales, cuando 5,4 millones de ocupados son asalariados no registrados o cuentapropistas?. ¿No será hora de crear algún mecanismo que incentive la generación de empleos privados, virtualmente estancada en los últimos siete años?. Dicho de otra manera, si los impuestos al consumo y las cargas que afectan a los más humildes, representan casi el 62% de la recaudación nacional a la cual hay que agregarle un 10% de exacción a través de la licuación monetaria (inflación), la pregunta sería: ¿se puede hacer algo más para empeorar la distribución personal y funcional de los ingresos?. Es muy difícil. Ya se ha hecho bastante y estuvo a cargo de funcionarios que “no saben medir lo que hacen”.
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