Un convenio entre INTA y la Facultad de Veterinarias de Esperanza (UNL) avanza en el relevamiento de majadas, monitoreando enfermedades y tomando medidas morfológicas. Se busca preservar las características de adaptación desarrolladas para ese ambiente.
Durante los días 18, 19 y 20 de marzo, profesionales del INTA y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL visitaron a pequeños productores de la Cuña Boscosa santafesina con el objetivo de trazar un diagnóstico de las majadas caprinas de la región. Las tareas consistieron en extraer sangre a los animales para evaluar presencia o no de brucelosis, toxoplasmosis y parásitos internos. También se tomaron medidas sobre la morfología animal a los fines de caracterizar la cabra criolla de la cuña boscosa.
Este convenio de trabajo INTA-Facultad tiene como objetivo capacitar a los pequeños productores en el mejoramiento progresivo de los sistemas productivos caprinos y, además, el prevenir las enfermedades zoonoticas. (Aquellas que pasan de los animales al hombre y viceversa.) Una de las principales es la brucelosis, pero se desconoce si está presente o no en el ámbito de las familias productoras de caprinos. También se trabaja en la investigación sobre la toxoplasmosis y parásitos internos de estos pequeños rumiantes.
Otro trabajo de interés que se realiza en el norte santafecino es la caracterización morfológica de los caprinos. Es un estudio sobre la conformación física de estos animales que aporta una idea sobre la aptitud de los mismos. “Esta es una herramienta importante para la definición de programas de producción a aplicar”, indicaron desde la Agencia de Extensión Rural del INTA en Garabato (departamento Vera). En tal sentido, indicaron que la selección natural de tantos años “ha dotado a estos pequeños rumiantes de una condición de rusticidad muy importante, que hay que saber cuidar para no perderla con cruzamientos indiscriminados”.
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