El ministro de Economía, Axel Kicillof, cada día piensa y actúa más como el único “garante” de la continuidad del modelo kirchnerista más allá del 10 de diciembre. Así lo definió ante su equipo, según él, por directivas de la presidenta Cristina Kirchner, que pretende preservarlo de las internas del Frente para la Victoria para […]
El ministro de Economía, Axel Kicillof, cada día piensa y actúa más como el único “garante” de la continuidad del modelo kirchnerista más allá del 10 de diciembre. Así lo definió ante su equipo, según él, por directivas de la presidenta Cristina Kirchner, que pretende preservarlo de las internas del Frente para la Victoria para no desgastarlo en forma innecesaria.
Fuentes del Palacio de Hacienda adelantaron a LA NACION que “así como le pidieron que estuviera al lado de Mariano Recalde en la campaña para jefe de gobierno porteño sin ser candidato, lo mismo ocurrirá a nivel nacional”, por lo menos hasta las PASO.
Claro que en el distrito porteño la decisión de la Presidenta era no exponer al ministro a una derrota segura frente a Pro, según reconocen en los propios despachos oficiales. Pero en el caso de las listas presidenciales, por lo menos hasta ahora -y pese al cortejo del gobernador entrerriano, Sergio Urribarri-, la intención de la Casa Rosada es que Kicillof sea el “garante” de que las ideas del kirchnerismo sean sostenidas por cualquiera de los candidatos del FPV. Por eso, pese a las especulaciones de varios dirigentes, en Economía juran que por ahora no hay órdenes de que Kicillof vaya a acompañar a los candidatos oficialistas que mejor miden en las encuestas: Daniel Scioli y Florencio Randazzo.
“La intención es que tome protagonismo después de las PASO para no desgastarlo”, indicaron en su equipo.
Mientras tanto, el ministro no pierde el tiempo: opina del caso Nisman (“Acá hay una maniobra que quiere poner al Gobierno ante la sociedad como si hubiera irregularidades en todos lados”), sobre la gestión de Macri y la seguridad jurídica (“Es un concepto horrible”), y sobre todas las cuestiones económicas, aunque eludiendo definiciones concretas sobre cómo solucionar los problemas de la inflación, el default, el estancamiento, la caída de las inversiones y el cepo, entre otras cuestiones. Su protagonismo, sin dudas, ha ido creciendo en las últimas semanas, al punto tal de que Cristina le cedió el micrófono en un par de cadenas nacionales por televisión, en un gesto que nunca tuvo con otros ministros. Tal vez eso lo haya entonado para pensarse en el poder más allá del 10 de diciembre y desmentir así a quienes critican al Gobierno por dejarle al próximo presidente una pesada herencia. “No se está armando ninguna bomba porque estamos pensando en quedarnos”, declaró hace poco.
Pero ¿tiene el ministro vuelo propio más allá de la Presidenta?
Según dos encuestadores, su imagen es bastante mala en la población como para pensar en una eventual candidatura, como lo imagina La Cámpora, la agrupación que lo sostiene en el kirchnerismo.
Graciela Rohmer dijo: “La imagen de Kicillof es mucho más negativa que la de Cristina; es uno de los funcionarios con peor imagen, básicamente porque es más desconocido que ella y porque la imagen de ella es mejor que la de la marcha de la economía”.
Consultada sobre los motivos que llevaron a la Presidenta a designarlo como su potencial heredero -tras la frustrada oportunidad que tuvo Amado Boudou-, Rohmer dijo: “Toda la estrategia electoral del oficialismo apunta menos a ganar una elección que a sostener a los sectores más puros. Y en eso el ministro aparece como el símbolo perfecto de una lectura ombligocéntrica de la economía”.
Mariel Fornoni, de Management & Fit, expresó también que “cada vez que lo medimos al ministro, su imagen fue muy negativa, mucho peor que la de la Presidenta”. Como candidato a presidente “midió tres o cuatro puntos”, precisó la especialista. De todos modos, Fornoni justificó su elección como símbolo de la continuidad del kirchnerismo “por ser la síntesis de alguien que es del riñón del oficialismo y que también representa a la juventud que el Gobierno quiere conservar como electorado, a diferencia de cualquiera de los otros candidatos oficialistas”.
En cambio, el titular de la consultora Equis, Artemio López, ligado al oficialismo, expresó: “Axel replica como nadie la imagen de Cristina; es el primer ministro de Economía verdaderamente kirchnerista desde 2003 y aún el electorado antikirchnerista lo respeta intelectualmente”. Y dijo: “La gente le reconoce su pelea con los fondos buitre, por el empleo, que el dólar no se haya escapado y que no haya recesión y haber detenido la fuga de divisas”. De este modo, según López, “Kicillof provocó la más dura derrota conceptual de la ortodoxia durante 2014, que erró todos sus pronósticos, incluidos muchos asesores de Daniel Scioli, como Miguel Bein, que pronosticaba que l 2015 suponía el tránsito por el desierto con dos cantimploras”.
Sobre las dificultades para instalarlo en los meses que quedan hasta las PASO como potencial candidato a presidente, López arriesgó: “La Presidenta lo puede instalar rápidamente como candidato; ya pasó otras veces en la historia, como el caso de Héctor J. Cámpora. Y Axel es mucho más que el propio Cámpora”.
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