Hace 20 años, el cultivo de frutillas estaba en pleno boom, salvo por algunos productores que decidieron innovar y producir moras, que eran bastante menos populares que los demás berries.
Las dificultades del cultivo se ven principalmente en el predio y en el almacenamiento, y si se compara con los demás berries, resultan un poco más complicados al ser un fruto que cambia rápidamente de color y se revienta fácilmente. Además, las espinas exigen que la cosecha sea realizada con un cierto grado de habilidad.
Se trajeron variedades desarrolladas en otros países, que se adaptaron a las condiciones de Huelva. Ahora se cultivan las variedades Tupi y Lochness, que ofrecen buen rendimiento y características organolépticas deseadas, además de un buen calibre promedio.
En un comienzo la producción duraba solo un par de meses, pero con la introducción de nuevas tecnologías como macrotúneles, invernaderos e hidroponía, ya es factible el cultivo entre los meses septiembre y julio, con un peak en la primavera.
México es el principal competidor de la mora española, al tener un clima tropical durante todo el año, produciendo a costos mucho menores y con una superficie de 12.000 hectáreas, son capaces de fijar precios de mercado. Es por esto que los productores españoles deben enfocarse en diferenciarse en la calidad de su fruta.
Los mercados más relevantes para este berry son Alemania, Reino Unido, Irlanda, Holanda Suiza e Italia, y se espera que en España también aumente la demanda de moras a medida que se conozcan los beneficios de su consumo.
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