El campo habla . . . .

… que naturalmente la semana siguió al “ritmo papal”, con el eje puesto en la consagración de Francisco, de la Argentina, lo que “corrió el epicentro político del país a Roma donde se congregaron funcionarios, políticos y dirigentes (además de los más altos representantes de casi todo el mundo). El hecho, además, mereció un inesperado [...]

… que naturalmente la semana siguió al “ritmo papal”, con el eje puesto en la consagración de Francisco, de la Argentina, lo que “corrió el epicentro político del país a Roma donde se congregaron funcionarios, políticos y dirigentes (además de los más altos representantes de casi todo el mundo). El hecho, además, mereció un inesperado “aplauso” de parte del siempre controvertido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que inició así su clásica reunión de los viernes con los empresarios de los distintos eslabones de la cadena alimentaria. Igual, hubo algunas actividades locales “extra papales”, desde la conmemoración del Día del Ruralista, hasta las asambleas de productores, en este caso, en Río Cuarto, Córdoba, pasando por el encuentro mediterráneo de la Mesa de Enlace con el gobernador (presidenciable), José Manuel de la Sota, y el tema climático que sigue inquietando con lluvias torrenciales en la Mesopotamia y temperaturas muy bajas (para el época) en el sur donde hasta se produjeron heladas, en la zona de las sierras de Balcarce. También por esto, que evidentemente va a dañar los cultivos que ya se encuentran atrasados, llamó mucho la atención los trascendidos, otra vez, sobre una eventual “cosecha récord” de 104 millones de toneladas. La especie no tiene asidero, ni técnico, ni climático. Y tampoco sería récord ya que el volumen (inflado) que logró Julián Domínguez antes de dejar Agricultura para pasar a la titularidad de la Cámara baja, superó esa cifra. De todos modos, la posibilidad de lograr casi 15 millones más de toneladas que el año pasado es inexistente y, en el mejor de los casos se podría repetir la performance de entonces, de alrededor de 90 millones de toneladas.

… que, incluso, la noticia de que se “cerrarían” las exportaciones de harina, justamente, por la baja cosecha, se contradice con los volúmenes que se rumorean. De hecho, en trigo donde oficialmente se “acusan” 10 millones de toneladas y los privados hablan de 8 millones, y no todos de buena calidad, si la cifra oficial fuera verdadera no haría falta cerrar las ventas de harina al exterior ya que con 5 millones para el mercado interno el abastecimiento local estaría más que asegurado. El tema, también puso sobre la mesa la cuestión de la calidad (regular) de la cosecha pasada y aun de la actual, hasta con problemas de Fusarium (hongos), así como la necesidad ya impostergable de adoptar un nuevo, y más completo estándar de trigo, algo que desde hace tiempo es rechazado por varios sectores, pero que resulta imprescindible a la hora de pensar en una producción en serio y para exportación. Otras contradicciones que deja expuesto el caso de la harina es respecto de la “agregación de valor”, y a la “presencia en los mercados internacionales”, que algunos funcionarios dicen buscar y que, las restricciones a las ventas externas de harina indicarían exactamente lo opuesto.

… que, mientras la soja volvió al centro de la escena, básicamente tras la abrupta suba del dólar “blue” y las expectativas del Gobierno se centran en la “entrada” de la nueva cosecha, algunos observadores analizan otras cuestiones alrededor de la oleaginosa. Por ejemplo, dicen, que el único empleo genuino que se generó en el país coincidió con los años en que la cosecha de soja fue muy buena, lo que no viene ocurriendo desde hace tres campañas y la actual tampoco será la excepción. Otro dato que comienza a usarse como indicador de la situación del campo, es la baja que están registrando, en dólares, los precios de los campos (a excepción de los de invernada), tras varios años de suba constante. Por supuesto que, aunque todos estos temas son importantes, a los productores los siguen desvelando las cuestiones impositivas y así se lo hicieron saber a De la Sota, aunque parecen no haber tenido demasiado éxito. Es que ante el reclamo por la suba del inmobiliario provincial (alrededor de 70 por ciento-80 por ciento) el mandatario que ya estaría “en campaña”, los habría derivado a su Ministro de Economía, algo así como una especie de vía muerta, o tal vez, de “seguí participando”. Tampoco se espera que les vaya mejor en la próxima asamblea que se realizará en las tierras del Gobernador José Alperovich donde, entre otras cuestiones, sigue vigente el conflicto con el azúcar. Pero además, la región viene particularmente golpeada por una prolongada sequía que se extendió por más de dos años y que provocó además de grandes pérdidas productivas un alto grado de endeudamiento entre los productores.