Agro: La incertidumbre domina el mercado
Los productores de granos de la provincia tienen hoy una gran incertidumbre en torno de los rendimientos de la nueva campaña gruesa.
Actualmente, los cultivos presentan una recuperación vegetativa importante, pero la mayoría de los agricultores afirma que esta recuperación llegó tarde y que es poco lo que podrán rescatar en los rendimientos finales.
Después de las lluvias que se registraron en marzo y luego de muchas recorridas de lotes para evaluar cuál es el estado actual, los productores han tomado algunas decisiones importantes respecto de hacer aplicaciones de agroquímicos, según las necesidades.
Hubo productores que vieron que muchos lotes ya se expresaron y que es muy tarde para seguir “invirtiendo” en algunas áreas que poco o nada se recuperarán.
Como se dijo, la situación del NOA y de nuestra provincia escapó a lo que sucedió en la mayoría de las zonas productoras de grano, sobre todo en la zona núcleo, donde el clima tuvo un comportamiento más parejo y, dentro de todo, se comportó de manera esperada.
Por ello, la evolución de los cultivos de granos fue mejor que la de nuestra región; igualmente, la falta de agua y las altas temperaturas se notaron en algún momento del ciclo de cultivo en esa área. Los especialistas consideran, en estos momentos, que la producción argentina de soja 2012-2013 será de 48,3 millones de toneladas, por debajo del nivel previsto por el Gobierno nacional y por Estados Unidos.
Entre la trilla y los problemas recurrentes
Hay zonas de la Argentina que ya empezaron con la trilla de la oleaginosa, cuya producción final fue estimada en un nivel de entre 51 y 52 millones de toneladas por el Poder Ejecutivo, y en 51,5 millones por el Departamento de Agricultura de EEUU.
La falta de lluvias y las altas temperaturas que se registraron durante enero y febrero llevaron a un deterioro en gran parte del área agrícola argentina.
Aunque en marzo se registraron variadas precipitaciones, en algunas regiones llegaron tarde, como fue el caso particular de nuestra provincia y del NOA.
Según diversos informes, las zonas más afectadas corresponden al Noroeste, con pérdidas cercanas a entre un 40% y un 50%.
El norte de Buenos Aires, con caídas de rindes potenciales de entre 6% y 29%, según la región. El oeste de Entre Ríos, con pérdidas de entre 28% y 29%, y el centro de Córdoba, con mermas de un 29%.
Lo que puede llegar a suceder con los productores argentinos de granos va un poco mas allá de lo que pueda suceder con la actual trilla de soja, que ya comenzó, y de maíz, que será mas adelante. La incertidumbre ruralista también pasa por la próxima campaña fina que se aproxima.
Presente y futuro complejos
La campaña de trigo pasada fue mala y hoy se señala, como la principal amenaza para la intención de siembra, la desconfianza de los productores respecto de las regulaciones estatales al mercado.
Si definimos un panorama, vemos que el futuro podría ser bueno debido a los actuales altos precios del cereal y las expectativas de un clima muy favorable.
El área destinada al trigo 2012-2013 en el país fue de apenas 3,28 millones de hectáreas, la cifra más baja de la que se tenga registro desde que la Argentina comenzó sus estimaciones, en 1969-1970.
Los productores culpan por la reducción a las restricciones que el Gobierno impone a las exportaciones. En respuesta a los pedidos de mayor previsibilidad, las autoridades anunciaron a principios de marzo que en el ciclo 2013-2014 permitirán exportar un volumen de 5 millones de toneladas de trigo, cuya siembra se iniciará en mayo.
Comercialización
Desde el año pasado, el Gobierno aplica un nuevo esquema comercial para el trigo y el maíz, que implica la autorización de un amplio volumen de exportación a comienzo de la campaña, en reemplazo del sistema de autorización de exportaciones a cuentagotas.
Sin embargo, muchos productores de granos siguen disconformes con la intervención estatal en el mercado y sólo esperan que se libere y se cumpla con las reglas de los mercados actuales, donde mandan las leyes de la oferta y la demanda. Todos esperan que esto ocurra con la próxima campaña de trigo, pero en muchos casos se debería tener la certeza de cómo quedarán parados después de la trilla gruesa que está encima, para saber qué hacer, al respecto, con los cultivos invernales. Se espera que las reglas de juego sean claras y que la campaña de trigo próxima, o la siembra de otras alternativas invernales, puedan convertirse en la revancha para muchos productores que fueron castigados, hasta dos veces consecutivas, por las inclemencias climáticas. Estas crisis generaron abultados déficits financieros, muchos de los cuales aún persisten y esperan una buena campaña para mejorar.
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